Irán y las potencias se dan cuatro meses más para lograr un acuerdo nuclear

Irán y las potencias se dan cuatro meses más para lograr un acuerdo nuclear

Ministro exteriores iraní Mohamed Yavad Zarif

La cuenta atrás para aclarar si el programa atómico iraní es pacífico ha ganado hoy una prórroga de cuatro meses, después de que la comunidad internacional e Irán hayan coincidido en que, pese a estar lejos del acuerdo, el progreso hecho en el último medio año hace que merezca la pena seguir intentándolo.

Las seis cumbres negociadoras celebradas en Viena desde febrero han permitido hacer “progresos tangibles”, explicaron hoy el ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yavad Zarif, y la responsable de la política exterior de la UE, Catherine Ashton, que negocia en nombre de la comunidad internacional.

Sin embargo, los dos admitieron en un comunicado conjunto que “…hay aún lagunas significativas en algunos asuntos clave que necesitarán más tiempo y esfuerzos”.

Para salvarlas, se han impuesto una nueva fecha límite: el 24 de noviembre próximo, justo un año tras la firma de un primer acuerdo interino, firmado en Ginebra y que hizo posible esta negociación.

Para entonces, tendrán que haber superado las diferencias que impiden alcanzar un tratado que dé garantías al mundo de que Irán no puede ni quiere hacerse con armas atómicas, al tiempo que se asegura al país asiático su derecho a usar la energía nuclear.

La prórroga alcanzada hoy, 48 horas antes de que expirara la fecha límite inicial del 20 de julio, ha tenido que negociarse con dureza y ha exigido compromisos de ambas partes.

Irán se ha comprometido a seguir reprocesando sus existencias de uranio enriquecido al 20 por ciento, de forma que este combustible nuclear no pueda usarse en una bomba atómica.

Una vez transformado en combustible para un reactor científico, “será muy difícil para Irán usar ese material para una bomba, en un escenario de ruptura”, explicó en un comunicado el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, para dejar clara la importancia de los compromisos adquiridos por Teherán.

También se ha conseguido neutralizar la posibilidad de que Irán fabricara plutonio, otro material susceptible de ser usado en armas, en la planta de agua pesada de Arak (en construcción), y que Irán acepte un sistema de inspecciones más estricto para controlar sus actividades nucleares, según enumeró el secretario de Estado.

Teherán, por su parte, se ha asegurado que seguirá recibiendo durante los próximos cuatro meses parte de los fondos por la venta de petróleo que las sanciones internacionales mantienen bloqueados.

A cambio de ese compromiso, señaló Kerry en su nota, el Grupo 5+1 “continuará suspendiendo las sanciones que acordaron en el marco del Plan de Acción Conjunto y permitirán a Irán acceder a 2.800 millones de sus activos restringidos”.

Pese a eso, Kerry prometió hoy que “Irán no obtendrá más dinero durante esos cuatro meses del que obtuvo en los últimos seis”.

Dejó claro además que la mayor parte de sus ingresos petroleros siguen congelados mientras se continúa aplicando el resto de sanciones internacionales.

Este levantamiento de las sanciones ha sido justo uno de los asuntos más conflictivos que han estado bloqueado la aprobación de la prórroga, según reconoció hoy Wang Qun, jefe de la delegación china, país que participa en las negociaciones junto a EEUU, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido e Irán.

Entre los problemas que se interponen en el camino del acuerdo, destaca establecer la cantidad y la pureza del uranio enriquecido que se debe permitir a Irán producir.

Mientras que los iraníes quieren mantener el actual alcance de su programa, las seis grandes potencias quieren limitarlo al máximo para evitar un posible uso militar de ese material.

Ni Ashton ni Zarif concretaron hoy ni cuándo ni dónde seguirán las reuniones y sólo dijeron que “se reunirán de nuevo en las próximas semanas en distintos formatos”.

Fuentes diplomáticas estadounidenses no descartaron hoy que parte de las negociaciones pueda combinarse con la Asamblea General que la ONU celebra en la segunda parte de septiembre en Nueva York.

EFE

Exit mobile version