Bacteria intestinal revierte alergia alimentaria en ratones

Bacteria intestinal revierte alergia alimentaria en ratones

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Ciertas bacterias de la flora intestinal protegen contra las alergias alimentarias, demostró una investigación publicada este lunes en Estados Unidos, que podría derivar en el desarrollo de tratamientos probióticos.

La bacteria en cuestión, llamada Clostridia, parece minimizar la probabilidad de que roedores desarrollen alergia al maní, e investigadores quieren averiguar ahora si sucede lo mismo en humanos.





Por el momento, comprobaron que suministrar a roedores unos probióticos conteniendo Clostridia puede revertir la alergia a este fruto seco.

La bacteria induce una respuesta inmunitaria que impide a las alergias entrar en la sangre.

La clostridia minimiza la exposición del organismo y evita la sensibilización, el mecanismo que desarrolla las alergias, según explicaron los científicos de la Universidad de Chicago (Illinois) en un trabajo publicado por la Academia de las Ciencias de Estados Unidos (PNAS).

Este descubrimiento pone de relieve el potencial de las terapias probióticas, señalaron los investigadores, que usan bacterias o levaduras como complemento con ciertos alimentos como el yogurt o los cereales por sus propiedades beneficiosas.

Varios estudios sugieren que la higiene moderna y ciertos hábitos alimentarios pueden jugar un papel perturbador de la flora bacteriana intestinal y de la epidermis.

La frecuencia de las alergias alimentarias en niños aumentó un 50% entre 1997 y 2011, e investigadores han demostrado una correlación con el uso de antibióticos y antimicrobianos.

“El exceso de uso de antibióticos, los regimenes alimentarios ricos en grasas, los nacimientos por cesárea, la eliminación de patógenos en el ambiente e incluso la composición de la leche en polvo para niños, han afectado la evolución de nuestros microorganismos”, explicó Cathryn Nagler, profesora de alergias alimentarias de la Universidad de Chicago (norte de Illinois) y principal autora del trabajo.

“Nuestros resultados hacen pensar que todos estos factores podrían contribuir a una susceptibilidad creciente a las alergias alimentarias”, señaló. AFP