¿Otro Walt Disney? Científico alemán pide ser congelado

¿Otro Walt Disney? Científico alemán pide ser congelado

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El científico alemán de 75 años Klaus Sames tiene planeado hasta el último de los detalles. Es que su plan para conseguir la vida eterna no se logrará con improvisaciones.

De acuerdo con las indicaciones que él mismo ha dado a sus colaboradores, justo después de morir, su cuerpo deberá ser cubierto de hielo y trasladado a un instituto donde será primero embalsamado y luego congelado, informó el diario El Comercio.





Todo debe ocurrir muy rápido y sin errores para lograr su objetivo de “dormir” por 100 o 200 años una vez fallecido.

Serán necesarios unos 60 kilogramos de hielo para cubrir su cadáver por completo y así relantizar la descomposición de las células. También está planificado su traslado a la ciudad de Senden, en el sur de Alemania, y allí ya ha sido elegida la funeraria en la que será “dormido”.

El investigador explicó que cuando su cuerpo cubierto de hielo llegue a la funeraria, “será llenado de un líquido congelante para ‘dormirlo'”. Para eso tendrán que seccionarle el tórax, vaciar su sistema circulatorio y sustituir la sangre por un anticongelante.

El proceso estará a cargo de Markus Maichle, embalsamador con experiencia en la conservación y traslado de cadáveres a otros países.

Pero el destino del científico no terminará allí. Cuando su cuerpo esté rellenado de líquido congelante, será llevado a 78 grados bajo cero y transportado hasta una empresa de Estados Unidos en la que, según el plan, descansará en una cámara a 196 grados bajo cero por tiempo indeterminado. “Cien años por lo menos”, estima.

El largo sueño tendrá, por supuesto, un costo de entre u$s49.000 y u$s61.000, que Sames ya cubrió con el dinero que transfirió al instituto.

Sin embargo, a pesar la exactitud con la que todo ha sido planeado, el científico y profesor aún no logra convencer a muchos de sus colegas.

Es el caso de Katrin Amunts, miembro del Consejo Alemán de Ética, que catalogó el plan de “poco serio”.

“Hasta ahora no es posible congelar órganos y volver a descongelarlos con la esperanza de que sigan funcionando. (…) Todo intento está condenado al fracaso”, aseguró la neurológa.

Sin embargo, sus duras declaraciones no han hecho que Sames cambie de opinión. Durante décadas, su carrera científica ha estado concentrada en investigar el envejecimiento del cuerpo humano, y aunque nunca reveló su verdadero objetivo post mórtem, viene trabajando e invirtiendo en él desde hace años.

Es verdad que “nunca revelé que me interesaba la criogenia”, reconoció el científico sobre el campo de la ciencia que estudia la preservación de órganos o de seres vivos completos a través del congelamiento, para tratarlos en el futuro con tecnologías y medicinas aún inexistentes.

Y aunque admite que “no es sencillo” descongelar un cuerpo sin que sufra daños, confía en que los avances de la medicina encuentren las respuestas en el futuro. “Tal vez funcione alguna vez”, especula.

Vía Infobae