Imagina por un momento que estás en un espacio pequeño, solo, donde hace mucho frío, donde tu única compañía además del silencio es el sonido del metro, cuando las ruedas rozan con los rieles, donde el día y la noche no se diferencian porque no puedes ver la luz del sol, con una cámara que te observa todo el día y un botón que tocarlo es contraponer la necesidad con la humillación.
Eso que acabas de imaginar es lo que vive cada venezolano que destierran a la TUMBA, la cárcel política de la tortura, el lugar favorito de este régimen para solucionar los problemas a los cuales no les ven solución, porque simple y llanamente el cambio es indetenible y cada día que pasa la crisis se agudiza.
Venezuela nunca pensó que la crítica a Guantánamo se hiciera realidad en nuestro país de ensueño. El SEBIN de Plaza Venezuela fue construido en un sitio que sería utilizado para hacer un banco, por lo que donde encierran a sus prisioneros políticos, es donde se hallarían las bóvedas de aquel banco, que paso de tener el tesoro nacional a tener al futuro del país en sus entrañas.
Allí se tortura a quienes encierran, tratando de lograr que acusen o confiesen mentiras necesarias para poder terminar de construir el parapeto de expediente que nos involucra a todos en conspiración, para que el miedo arrope a los venezolanos y calle las voces que gritan en unísono, libertad.
Son distintas técnicas de tortura que utilizan para tratar de quebrantar el espíritu de quienes se encuentran allí encerrados, los incitan con palabras, presión y engaños al suicidio, pero no crean, que esto lo hacen de manera disimulada, pequeñas anécdotas susurradas al oído, de sus madres cuentan que por las mañanas les decían “Todavía no te has suicidado, que bien…”, al presentarse a los tribunales se puede observar a esos prisioneros pálidos, flacos, con ronchas en el cuerpo, con ojeras, desorientados, al punto de que su única petición si ellos mueren allí, es que ese sitio sea destruido, para que nadie mas tenga que vivir la decidía de lo que ellos y sus familias hoy sufren.
La verdad es que hoy, no importa si quienes están allí o quienes han pasado por allí, son inocentes o culpables, solo importa que ningún ser humano este en ese sitio, sin hablar de lo que implica a nivel de derechos humanos y de democracia, que en Venezuela exista un Guantánamo.
El miedo de muchos de alzar su voz y denunciar que en Venezuela están torturando a 3 jóvenes para intentar que declaren en contra de Leopoldo López, María Corina Machado y Gaby Arellano y así, poder unir los casos de los jóvenes detenidos en los campamentos, el caso de Rosmit Mantilla, el caso de Voluntad Popular, de los jóvenes detenidos en protesta y la supuesta conspiración que tanto le quita el sueno a muchos de este régimen, es una muestra mas de que la dictadura arrecia contra el pueblo venezolano porque siente y observa como la censura se come la libertad de expresión, pero las calles comienzan hablar de mas.
Cada vez que aumentan los presos políticos, la cantidad de venezolanos torturados, la humillación en las colas, los asesinatos en las calles, disminuye el tiempo que le queda a este régimen y nos acerca mas a la libertad y a la transformación de Venezuela.
No permitamos que mas venezolanos sean enviados a la TUMBA, el Guantánamo venezolano, luchemos por la salida de la dictadura para que ese, como los demás símbolos de tortura, represión y miedo sean desterrados de nuestro país y reine la libertad, la justicia y la paz.