El otro día desayunando la buena mujer que nos atendía compartía con nosotros su angustia diaria al tener que terminar su turno y salir junto a sus compañeras de trabajo a ver, como decía ella, que consiguen en los supermercados, abastos y bodegas de la zona, con ira nos decía que estaba cansada de pasar más de 14 horas paradas al día entre el trabajo y las colas y peor aún que varias veces tenía que regresar a casa sin lograr comprar nada porque al llegar a su turno las cosas se habían acabado y sentencio su conversación con nosotros diciéndonos que lo que se escucha en la cola es una indignación frente a las declaraciones de los fracasados de siempre que buscan hacerles creer que hacen colas porque hay mucha gente con dinero comprando y que no hay escasez porque las colas son un ejemplo de que hay muchos productos.
Siempre dicen que el poder es soberbio pero cuando a la soberbia se le une la sordera se gobierna sin sensibilidad social, yo invito a los Ministros muchos de ellos perfectos desconocidos que se despojen de escoltas, carros blindados, asistentes y demás periquitos y se metan dentro del pueblo y vean lo que está padeciendo “El Soberano”, que muchas veces en el pasado llenaron la Av. Bolívar para aplaudir los discursos del Presidente Chávez y que inclusive alguna vez llego a corear: “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. Mirándolos a los ojos les pregunten que piensan del Gobierno, que les digan con sinceridad si creen que lo están haciendo bien y quien creen ellos que es el responsable de lo que ocurre.
Yo los invito a que le pidan a sus madres, esposas, hermanas, etc. que vayan al menos tres veces en una semana hacer cola en cualquiera de los “recién reinaugurados y abastecidos” supermercados Bicentenarios y le cuenten como les fue, que compraron, que escucharon. Si ninguna de las anteriores le es posible, se las pongo más fácil, pregúntele a la señora que le sirve el café en su lujosa y fría oficina ministerial como hace mercado o al chofer que le maneja la camionetota blindada a cuanto están comprando el kilo de carne, de pollo o desde cuando no compra un paquete de pañales de esos que lleva el sello “hecho en socialismo”.
Señores del gobierno si se atreven con humildad a escuchar la voz del pueblo, se darán cuenta del estruendoso fracaso de su revolución y al menos deberían dejar de dar esas indignantes declaraciones justificando lo injustificables.
A escuchar al pueblo!!!
Luchador de calle
Miembro de la Dirección Nacional de Primero Justicia
@calderajuan