Leonardo Fernández: Ramo Verde, un museo a la persecución

Leonardo Fernández: Ramo Verde, un museo a la persecución

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Hay nombres que rememoran momentos vergonzosos, que son tristemente celebres y representan la sombras de la historia, a lo largo del mundo tenemos el campo de concentración de Auschwitz, la cárcel de Guantánamo o la de Abu Ghraib. En Venezuela tenemos nuestra propia cárcel, donde fueron arrestados, torturados y reprimidos, todos cuantos se opusieron a la dictadura Gomecista, la Rotunda, es un nombre que en Venezuela es sinónimo de persecución, violación de los Derechos Humanos, y de dictadura.

Pasó mucho tiempo en nuestro país, desde el restablecimiento de la democracia en 1958, para que un lugar en específico sea asociado con acoso a la disidencia y centro de detención para presos políticos. Ramo Verde se ha convertido en un símbolo del hostigamiento contra todos los que en algún momento se han convertido en personas incómodas para los gobiernos que vienen desde 1999. En contra de los procedimientos y garantías establecidas en la constitución, yacen en Ramo Verde presos políticos como Leopoldo López, Daniel Ceballos, Raúl Baduel, y más recientemente en contra de las leyes y más allá de la voluntad popular que lo eligió Alcalde Mayor, a Antonio Ledezma.





Pero lo importante no es lamentarse o denunciar en discursos la masiva violación a las mínimas garantías democráticas que tiene que tener un país que dice sostener ese sistema, sino reaccionar activamente cada vez que el gobierno da un nuevo zarpazo a la libertad y pluralidad. Cada vez que uno de los líderes de la alternativa democrática sea detenido deben salir miles de líderes que sigan la lucha por recuperar la democracia. En la India derrotaron al Imperio Británico sin usar la violencia porque el pueblo seguía la lucha de sus líderes y a pesar de que arrestaran a Gandhi, Nerhu o Patel, un movimiento colectivo seguía la lucha por su independencia.

Para poder superar las persecuciones y retomar nuevamente el camino democrático, de la modernidad y el progreso, no podemos ser tan pasivo ante las arremetidas como arrestos a líderes electos, cierre o acoso de medios, represión a estudiantes; tampoco es una reacción violenta y destructiva lo que necesitamos, pero si un pueblo aguerrido que acompañe a unos líderes valientes y que no estén dispuestos a dejar pasar cada acto ilegal que realiza el gobierno para aferrarse al poder. Si actuamos así Ramo Verde, será al igual que la Rotunda un triste recuerdo que pasará a la historia.