Es inevitable que surjan interrogantes frente al asesinato de jóvenes estudiantes por parte de cuerpos policiales, el secuestro del alcalde Ledezma, y la falta de claridad que tiene el régimen para enfrentar la crisis. No es casualidad que todos estos hechos sucedan de manera casi simultánea.
El régimen se está desmoronando como una torre que ha perdido sus pilares, y el mayor detonante ha sido la crisis económica que no pueden resolver, lo que los ha llevado a intentar desviar la atención del plano social al plano político, pero de una u otra manera llegaran al final, mañana o pasado, pero no tengan la menor duda que llegaran.
Los hechos macabros que están hoy sucediendo sólo harán que la caída sea aún más fuerte; éstos no resolverán la crisis, las detenciones y la represión no acabaran ni con la escasez, ni con la inflación.
Hoy en día existen pruebas bien claras de las fracturas dentro del régimen, el ex ministro Giordani ha catalogado a Maduro y a su compito como el hazme reír de América Latina y Mario Silva después de confesar en su famosa grabación que Cabello era un corrupto de primer nivel, ha vuelto. Cada uno está tratando de halar pa´ su lado y sobrevivir al nido víboras que han construido.
El régimen hará todo lo posible para provocar un caos, hablan de paz pero asesinan estudiantes. Maduro no quiere medirse porque sabe que no cuenta ni con el 20% de respaldo, y al perder la AN no podrá hacer las leyes que necesita para hacer las fechorías a las que está acostumbrado.
El protagonista del momento es el golpe que solo existe en la cabeza de ellos, los únicos que dan golpes son los militares, ya nadie se cree ese cuento de camino, nadie quiere tumbar a un gobierno que se está cayendo solo.
No olvidemos que los regímenes entre mas se acercan a su final, más radicales los vuelve el miedo a perder el poder. No perdamos la brújula, porque el final de este régimen esta cada día más cerca.
Aarón Andrés Rodríguez Moro – @RodriguezAaron