Secuestro exprés: dos cómplices y un autor material

Secuestro exprés: dos cómplices y un autor material

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La cantidad de secuestros exprés que se suscitan en la ciudad son más comunes de lo que se piensa, cada vez son más las mafias que se forman para encontrar dinero de una forma rápida y, desde su perspectiva, segura. Eldrys Valenzuela/ NPG

La clase social no importa, ya que los casos que al menos se han reportado dentro del conglomerado y no a los entes policiales, incluye a víctimas que se albergan en distintos estratos sociales que arrancan desde la clase media hasta la clase alta, ya que desde el punto de vista de los secuestradores raptar a una de estas personas corresponde a un “dinero fácil” por “ruletearlo” durante un tiempo dentro de la ciudad.

La razón de un secuestro exprés bajo ningún concepto es desconocida, o al menos que el fin del malandro no sea extorsionar a la familia sino mas bien asesinarlo, pues al capturar a una víctima el maleante debe poseer cierta información sobre ella, como por ejemplo la frecuencia con la que visita ciertos lugares, dónde vive, vías que toma para salir de casa, horas de llegada y salida.





El secuestro exprés, como muchos otros delitos, requiere de un estudio y tal vez una planificación para cometer la fechoría, al menos así, si la idea inicial es la de someter a alguien dentro de un carro para pedir dinero a cambio, el “esfuerzo” se ve compensado al solicitar a la familia una cantidad de dinero determinada.

Un error

Muchos delincuentes oran para que llegue el día del anhelado secuestro, pues como se ha dicho el dinero fácil está al alcance de una llamada telefónica; para ello inicialmente seleccionan a la perjudicada, luego estudian dónde vive y qué sitios frecuenta para efectuar el ataque, después se dirigen en un automóvil, normalmente robado, hacia el lugar y la raptan.

Esto fue lo que vivió una reciente víctima en la residencia Villa Flor, de Campo A2 de Ferrominera, ubicada en Puerto Ordaz, quien aproximadamente a las 8:20 de la noche del día martes fue abordada por dos sujetos que se trasladaban en un carro en la que la metieron.

A la joven muchacha, que no quiso ser identificada, le dieron vueltas en el carro por el sector durante una hora, mientras ella se encontraba dentro del vehículo estaba invadida por el pánico, los maleantes le hicieron vivir los minutos más desesperantes de su vida y como no portaba una gran cantidad de dinero ni de bienes, los antisociales procedieron a cometer un error garrafal.

Ellos se devolvieron a la residencia para buscar objetos de valor y un teléfono celular con el que se presume iban a contactar a los familiares, inmediatamente los vecinos de la mujer captaron que algo raro estaba sucediendo, además notaron que la camioneta que había pasado varias veces por el lugar, no era conocida por ellos y velozmente se comunicaron con el Centro de Coordinación Policial Cachamay para que tomara parte en el asunto.

Los policías llegaron y enseguida capturaron a los maleantes, ambos sin antecedentes penales e identificados como Darwin Ramón Puleo Pabón, de 21 años de edad y el segundo como Jesús Alexander Franco Femenal, de 22 años, un par de pichones a los que se les frustró el “secuestro exprés” de la jovencita, a ellos se les incautó un facsímil, tipo pistola y teléfonos celulares.

Colaboradores del delito

Son diversos los actos criminales que se desarrollan en la ciudad y en cierta medida quienes se prestan para que estos se sigan cometiendo, son los mismos familiares de las víctimas y hasta los mismos agredidos, esto porque en muchos casos, los cuerpos policiales no poseen información sobre acciones delictivas como secuestros en todas sus categorías, robo de vehículo y de otros objetos, ya que los mismos afectados no denuncian los hechos.

Uno de los sucesos de extorsión más fresco que se conoce es el de un conocido empresario del mundo de las ferreterías localizadas en el centro de Puerto Ordaz, a quien le raptaron su esposa y después de cuatro días fue liberada, tras pagar una fuerte suma de dinero, según lo informado por uno de sus allegados que prefirió mantenerse en anonimato.

Adicionalmente es común escuchar en las calles la falta de confianza que poseen los ciudadanos hacia los cuerpos de seguridad de la zona, esa es la razón para no denunciar, aunque los debidos organismos como el Comando Especial Antisecuestros (CEA) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) no cooperan en cuanto a las labores de estudio científico para dar con los principales delincuentes y poder desarticular los grupos que hacen de la ciudad un sitio más inseguro aunado al alto índice de violencia.

Blancos de capturas

Aunque los maleantes actualmente no escatiman para llevarse a alguien en sitios públicos o en soledad, mientras menos gente vea el episodio es mejor, por ello prefieren raptar cuando la persona está montándose en su vehículo, esto normalmente lo realizan en el estacionamiento de centros comerciales, discotecas o al salir del trabajo, también si la posible víctima utiliza una rutina diaria para realizar sus diligencias puede ser objeto de secuestro, por ello es recomendable que se tomen precauciones como andar acompañados o estar en lugares concurridos.