José Guerra: Plan vendepatria II

José Guerra: Plan vendepatria II

thumbnailjoseguerraabril2015Conforme se prenden las alarmas en los mercados financieros debido a que las reservas en dólares del BCV se agotan aceleradamente y aumentan las probabilidades de que Venezuela no pueda pagar la deuda externa, el gobierno apura el paso liquidando a precio de gallina flaca un conjunto de activos de la nación para hacerse con unos dólares e incorporarlos a esa maquinaria de tragar divisas que es el control de cambio.

Ciertamente, la mayoría de quienes tienen bonos venezolanos están asumiendo que el gobierno se está quedando sin fondos en moneda extranjera y que los compromisos de pago, pronto a vencerse, no podrán ser honrados con lo que se entraría en una situación de incumplimiento de pago, con todo lo que ello implica. Así, urgido de caja, recientemente el gobierno de Maduro hipotecó buena parte de las reservas de oro del BCV,  negoció con el Fondo Monetario Internacional  una porción importante de sus haberes en esa institución y ahora anda desesperadamente buscando dos préstamos con China y Rusia para alimentar las arcas deficitarias de PDVSA, empresa ésta a quien ni a US$ 200 el barril de petróleo le es suficiente para cuadrar sus cuentas.

Lo último que se supo fue la venta, a precio de regalo, de las acciones de la refinería que tenía PSDVSA en Chalmette, ubicada en el estado de Luisiana, Estados Unidos, donde se refinaba petróleo venezolano.  Si estos bienes fuesen propiedad personal del presidente Maduro, uno podría aceptar que él los vendiera a cualquier precio o inclusive que los regalara. Sucede que esos bienes son de todos los venezolanos y por lo menos alguna consulta habría que hacer acerca de la liquidación de esas propiedades. Nadie ha autorizado a Maduro a vender los bienes nacionales, menos aún a precios irrisorios.





De esta manera, nos encontramos con un gobierno que se dice revolucionario y socialista que vende a precios de saldo los bienes nacionales sin ni siquiera informar al país de esas transacciones, las cuales se han conocido por las diferentes agencias noticiosas a nivel internacional, porque tampoco los agentes propagandistas del gobierno ni su prensa estipendiada han dado cuenta del remate de esos activos que hasta hace poco pertenecían a los venezolanos.

Con esos recursos en manos, ya sabemos que los mismos serán incorporados a ese barril sin fondo que es el control de cambios, donde virtualmente lo que hay es una rebatiña para capturar, por parte de grupos mafiosos, esos dólares para realizar importaciones ficticias. Porque el sistema de control de cambios es el mecanismo más perfecto que existe en Venezuela para la corrupción, donde un conjunto de grupos organizados y familias muy bien conectadas, son quienes terminan capturando esos dólares baratos para fingir que están trayendo mercancías al país.

Así las cosas, ya literalmente sin reservas el BCV y vendiendo bienes de la República se apresta el gobierno para lanzar una operación de tratar de recuperar parte de los votos potencialmente perdidos en unas elecciones parlamentarias que hasta el momento de escribir este artículo ni fecha tienen todavía.