Declaran en crisis el Hospital Central de San Cristóbal

Declaran en crisis el Hospital Central de San Cristóbal

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Trabajadores del Hospital Central de San Cristóbal se declararon en emergencia ante la grave falta de insumos, deterioro de equipos e infraestructura, déficit de personal, inseguridad y un sinnúmero de necesidades, que generan la crisis en el principal centro asistencial y que -afirmaron- ha llevado a un incremento en la mortalidad de los pacientes, la mayoría de ellos que pudieron haberse salvado si hubiesen tenido el tratamiento adecuado.

La declaración de emergencia la hicieron los médicos y demás empleados, luego de agotar las vías de diálogo con diversas autoridades, las cuales finalizaron este viernes -31 de julio-, en una asamblea general donde se apersonaron representantes de la Gobernación del estado, pero aún sin respuestas concretas a las solicitudes hechas, situación que alteró los ánimos.





Pasadas las 10 y 30 de la mañana llegó al auditorio del Hospital Central la ingeniera Miriam Febres, secretaria general de Gobierno, junto a Ramón Cabezas, secretario de Seguridad Ciudadana, y en ese momento la mayor parte de médicos, enfermeras y trabajadores que se encontraban en el recinto decidieron retirarse, al considerar una falta de respeto que los funcionarios se presentaran hora y media después de lo acordado.

Solo quedaron en el auditorio para la reunión los jefes de servicio y algunos trabajadores, mientras el resto se fue hasta la avenida Lucio Oquendo, acompañados incluso por familiares de pacientes, con la intención de llamar la atención sobre la situación crítica que -afirman- tiene el Hospital Central, y con pancartas y llamados de alerta protestaron durante una hora, aproximadamente.

Adentro la asamblea continuó. Los asistentes tomaron el derecho de palabra en un encuentro donde todos pudieron expresar la situación de cada área del hospital, y explicar detalladamente los daños que existen. Hubo gritos, lágrimas y peticiones desesperadas por parte de quienes tienen familiares hospitalizados y no encuentran lo que necesitan o ya han gastado hasta el dinero que no tienen.

Diagnóstico: hospital casi desahuciado 

Numerosos médicos y familiares de pacientes declararon ante los medios de comunicación, informando que se vieron en la necesidad de suspender las cirugías electivas, pues el quirófano tiene temperatura de 38 grados centígrados y debería estar en 18 grados. Solo entre cirugía general y traumatología hay cerca de 200 pacientes en espera para ser operados, además de que anunciaron que no pueden recibir a personas referidas de otros centros asistenciales, pues la capacidad ha sido rebasada.

A lo largo de la asamblea se pudo conocer que el Hospital Central no cuenta con servicio de tomógrafo y los pacientes deben ser trasladados a centros privados para efectuarse el importante examen; y, por si fuera poco, deben cancelar sobre los mil bolívares por la movilización en ambulancia, pues la institución tampoco presta este servicio.

El déficit en insumos es total. Los galenos explicaron que no hay inyectadoras, suturas, yelcos, solución fisiológica, analgésicos, antibióticos, ni ningún tipo de medicamentos; tampoco hay material quirúrgico; por ejemplo, para las cesáreas, las pacientes deben comprar el kit, que cuesta miles de bolívares en la calle; para las cirugías de traumatología se pide el material de osteosíntesis, que cuesta miles de bolívares por pieza; no hay gasas, algodones, anestesia, ni ningún material descartable, como batas, gorros, tapabocas, guantes.

En el área de nutrición, la situación es igual de crítica, no hay fórmulas lácteas para infantes, no hay alimentación tipo suero parenteral, tampoco vitaminas ni complementos alimenticios (Enterex, Ensure). La cocina presenta problemas, los insumos llegan una vez a la semana y en cantidades insuficientes para cubrir las comidas de todos los pacientes, ni la de algunos que requieren alimentos especiales por patologías.

La papelería y material de oficina también está ausente en el centro asistencial, pues los galenos no tienen papel para hacer récipes, historias, informes; todos estos documentos médico-legales se escriben hasta en pedazos de hojas dañadas para poder darles algo a los pacientes.

Más de 500 enfermeros hacen falta para cubrir la demanda de atención en el hospital. La acentuada insuficiencia de personal se conoce desde la intervención de la institución hecha por la ministra Eugenia Sader, pero en los últimos días se ha profundizado con la renuncia también de médicos especialistas como neurólogos, urólogos, y la salida del único pediatra oncólogo que tenía la institución.

Los trabajadores recordaron que durante meses estuvieron sin salir ante la opinión pública, solo en reuniones internas, a la espera de soluciones, pero se cansaron: “somos nosotros los que estamos cargando con los muertos, es a nosotros a quienes nos amenazan los familiares si no les salvamos la vida a las personas. No estamos dispuestos a seguir poniendo la cara y diciéndoles a los pacientes que no tenemos con qué atenderlos. Ya ni siquiera podemos poner dinero de nuestros bolsillos porque nuestros sueldos también son miserables”, dijo uno de los médicos que intervino en el encuentro.

La asamblea terminó en gritos y sin acuerdos. Al final los médicos reiteraron a las autoridades la exigencia de declarar ante la colectividad tachirense la emergencia del primer centro asistencial del estado; no obstante, estas ofrecieron soluciones a mediano plazo para algunas de las solicitudes hechas.