El Gobierno busca debilitar a la oposición mientras el chavismo afronta un creciente descontento popular

El Gobierno busca debilitar a la oposición mientras el chavismo afronta un creciente descontento popular

(Foto REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)
(Foto REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)

 

La inhabilitación de candidatos a las legislativas del 6 de diciembre en Venezuela busca debilitar a la oposición, en momentos en que el chavismo afronta un creciente descontento popular y uno los comicios más difíciles en 16 años de gobierno, según analistas, reseña AFP.

Por Alexander Martínez/AFP





Desde julio, siete miembros de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha) fueron inhabilitados para ejercer cargos públicos quedando fuera de carrera.

La Contraloría adujo prácticas corruptas por parte de los políticos cuando ejercieron como funcionarios, aunque castigos similares se aplicaron en el pasado contra opositores previo a elecciones, como en el caso del líder radical Leopoldo López, inhabilitado dos veces a partir de 2008 y hasta 2017.

“Antes de cada proceso electoral aparece un listado de inhabilitados de la Contraloría”, dijo a la AFP Eugenio Martínez, experto en márketing político.

Los sancionados son figuras reconocidas como la exparlamentaria María Corina Machado, quien junto a López impulsó protestas para presionar por la renuncia del presidente Nicolás Maduro, con saldo de 43 muertos entre febrero y mayo de 2014.

López está preso acusado de incitar a la violencia en esas manifestaciones.

Junto con Machado -destituida como asambleísta el año pasado- no podrán postular dos exgobernadores, dos exalcaldes y dos líderes estudiantiles.

Se busca “desmotivar el voto opositor”, señaló Martínez, quien sostiene que aunque la MUD no perdería en los circuitos de los sancionados -tradicionalmente antichavistas- sí vería menguada su votación.

Se quiere “desmoralizar inhibiendo la participación de figuras que gozan de reconocimiento y provocar un debate interno para dificultar los acuerdos”, indicó a la AFP el politólogo John Magdaleno.

La MUD desconoció a la candidata que propuso Machado en su reemplazo, lo que generó el rechazo de la exdiputada, quien empero descartó romper la lista única de la oposición.

En lo que pareció otra fisura, la MUD excluyó de su tarjeta al tradicional partido COPEI, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) cambiara a su directiva al fallar un recurso de miembros de esa colectividad.

La oposición denuncia que la Contraloría, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el TSJ están regidos por personas cercanas al gobierno, que esta semana rechazó un pedido del departamento de Estado de Estados Unidos a las autoridades para que reconsideraran las inhabilitaciones.

Figuras leales del chavismo

El chavismo, que ha ganado 18 de 19 elecciones, pretende mantener el control de la Asamblea en donde tiene 99 de 165 asientos, y contener los planes opositores de revocar el mandato a Maduro mediante un referendo.

Para ello ha presentado una lista que incluye a la esposa del mandatario, Cilia Flores, a varios ministros y figuras emblemáticas del oficialismo, así como a varios militares en retiro y al campeón olímpico de esgrima Rubén Limardo.

“Maduro puso en primer puesto de la lista a personas que le son muy leales, mientras que los aliados, con excepción del Partido Comunista, quedaron relegados a puestos de relleno”, explicó Martínez.

El mandatario -en el poder desde hace dos años- admitió recientemente que esta será “la campaña electoral más dura” que jamás haya enfrentado en 16 años del chavismo, aunque aseguró que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tiene 40% de la intención de voto, frente a 20% de la MUD.

Sin embargo, una encuesta de la firma local Datanálisis muestra que la aprobación a la gestión Maduro cayó en mayo a 25,8% en medio de una aguda escasez de productos básicos y alta inflación, que el heredero político del fallecido Hugo Chávez atribuye a una “guerra económica”.

El estudio determinó además que el oficialismo lograría sólo 21,3% de los escaños, mientras que la oposición obtendría 40,1%.

Es la campaña “más complicada a la que se haya enfrentado el chavismo, hay menos dinero, no está Chávez y por primera vez en tres elecciones parlamentarias la oposición está con la posibilidad de ganar”, observó Martínez.

“La apuesta del chavismo es por un lado reducir la brecha (en la intención de voto) y, en segundo lugar, generar disputas en el seno de la oposición para afectar su imagen”, sostuvo a su vez Magdaleno, para quien la evolución de la crisis económica será determinante.