Los tres soles de Baduel encandilan al Gobierno

Los tres soles de Baduel encandilan al Gobierno

(Foto archivo  AFP  / Juan BARRETO)
(Foto archivo AFP / Juan BARRETO)

La tarde del 18 de julio de 2007 lucía su traje militar beige, en cuyas charreteras destacaban tres soles y siete pines de condecoraciones en su pecho. Dejaba el Ministerio de Defensa tras 13 meses de ejercicio. Raúl Isaías Baduel leyó un discurso solo ojeado por él, según lo reseña versionfinal.com.ve

Por Gustavo Ocando Alex

Las redacciones se paralizaron. También el semblante del Presidente en el palco de honor del patio de la Academia Militar. Vapuleó a su antojo y citando la historia el modelo socialista. Rompió, por primera vez en público, con el proyecto de su compadre y hermano de vida, Hugo Chávez Frías.





No dejó muñeco con cabeza. Criticó que no existiera “un significado uniforme” ni “caótico” del socialismo e hizo votos porque este modelo fuese “profundamente democrático”. Recordó a la fallida Unión Soviética para lapidar la idea de que “sea el Estado el único dueño de los grandes medios de producción”.

Las cámaras enfocaban por apenas segundos la evidente incomodidad de Chávez, mientras su amigo citaba a Jesucristo para repudiar “el concepto absolutista de la propiedad”. Aquella alocución exhibió el carácter de Baduel. Sus cercanos, incluido el mismo expresidente, elogiaban su valentía y su honor. Hoy, están lejos de hacerlo.

Pero en las fuerzas militares ese perfil cobró real ascendencia, especialmente entre 2002 y 2007. Dentro y fuera de Venezuela lo consideran, aún luego de su caída en desgracia con el oficialismo, como uno de los hombres fuertes de la milicia. Se ganó tal categoría entre las tropas gracias a su rol fundamental en la salvación de la revolución —repuso en el poder a Chávez en abril de 2002—.

En sus horas como comandante del Ejército (2004-2006) y Ministro de Defensa (2007), las FANB se proclamaron “roja rojita” y el saludo “Patria, socialismo o muerte” se hizo santo y seña. Ya existían las listas Tascón y Maisante, así como el control totalitario de los poderes públicos.

Pero en noviembre de 2007, en situación de retiro, materializó su separación al disparar contra el submarino rojo de la reforma constitucional. El Presidente, artífice de aquella propuesta, martilló los clavos del ataúd político de su compadre: lo llamó traidor, ficha de la extrema derecha y juguete del imperialismo. Los puentes entre ambos se devastaron para siempre.

El 2 de abril de 2009 se revalidó su ingreso a la lista negra socialista. La DIM lo detuvo, un tribunal lo procesó por el supuesto robo de Bs. 30 millones  y 3,9 millones de dólares durante su gestión ministerial y pagó seis años de cárcel en Ramo Verde. Y, anteayer, su libertad condicional —un año antes de completar su pena— lo colocó sobre el tablero político como un actor inesperado. Pocos imaginaban el poder de sus Tres Soles activo a estas alturas, en las vísperas de las elecciones del 6-D.

Sin ascendencia
Rocío San Miguel, presidenta de la asociación civil Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada, atribuye directamente al presidente Nicolás Maduro el que Baduel esté en libertad. Recordó que el artículo 54 del Código Orgánico de Justicia Militar lo enaltece como funcionario habilitado para este tipo de decisiones.

“Esta decisión cuenta con la autorización del Presidente. Baduel probablemente desarrolle una carrera política en Venezuela y estimo que entre sus dificultades estará la de construir confianzas tanto en oposición como en oficialismo”.

San Miguel subraya que es un mito que Baduel tenga ascendencia en el actual Alto Mando o que haya salido de Ramo Verde por presiones de cuadros militares medios. “No tiene ascendencia generacional dentro de la Fuerza Armada. Podrá contar con amistades dentro de la familia militar, pero hablar de una ascendencia generacional en estos momentos dista de ser una realidad. Hay un velocímetro que ha cambiado el rostro de la Fuerza Armada Nacional desde su salida del ministerio. Hay casi dos generaciones de generalato de diferencia”.

Pulso con Cabello
Juan Romero, historiador y analista político, opina que Baduel no responderá a intereses estratégicos foráneos, como los de Estados Unidos. Augura que será una piedra en el zapato de Diosdado Cabello, sin necesidad de integrar estructuras de Gobierno.

“Será un dolor de cabeza para esa derecha endógena que es Cabello. Tiene liderazgo natural y es un riesgo por su ascendencia, por la falta de liderazgo actual en términos de respeto y por el papel propio de la sección militar del PSUV, que soporta a Diosdado, pero que no lo respeta. Ese sector sigue buscando o esperando ubicar un liderazgo carismático. Y convocante, pero sobre todo firme. La circunstancia de quiebre anímico puede abrir un resquicio”.

César Morillo, sociólogo y experto en gerencia de campañas, casó la liberación con las exigencias de EE.UU. a Venezuela en cuanto al respeto de DDHH y liberación de presos políticos.

Enfatizó en la necesidad de que el país no asuma a Baduel como un líder mesiánico. “Seguramente será un actor más, que ha tenido un peso real en buena parte de la Fuerza Armada”. Cree ingenuo pensar que el General en Jefe retirado no interactúe en el escenario político actual, a pesar de su inhabilitación. “Tendrá reuniones, sin dudas, y quizá haya voceros ad hoc que hablarán por él”.

Baduel, en aquel acto de 2007 que enardeció a su amigo presidente, citó el Código de Bushido —guía moral de los samuráis—: “Las palabras de un hombre son como sus huellas; puede seguirlas donde quiera que él vaya”. Sus frases y convicciones no parecen necesitar intérpretes en estos tiempos.