Victor Simone de la Cruz: La deuda eterna

Victor Simone de la Cruz: La deuda eterna

ThumbnailVictorSimoneDeLaCruzEl general Li-In-Du, vencedor de los galos en la guerra no declarada entre China y Francia, librada entre agosto de 1884 y abril de 1885, falleció en Nueva York el 29 de octubre de 1888 sobre lo cual el prócer cubano José Martí escribió una crónica que llamó: Un funeral chino en Nueva York.  En ella, además de relatar como miles de chinos cerraron sus negocios e interrumpieron su cotidianidad para honrar a un verdadero héroe de guerra, escribió unas palabras que reflejan la conducta de los militares latinoamericanos de su tiempo: “…no peregrinó en el ocio, como tanto espadón de nuestra raza, que cree que el haber sido hombre una vez, defendiendo a la patria, le autoriza a dejar de serlo, viviendo de ella.  ¡La libertad tiene sus bandidos¡ Y Li-In-Du no quiso ser de ellos”, actitud que en nuestro país, para desgracia nuestra no ha cambiado hasta la fecha.

En nuestra amada Venezuela, los militares comenzaron a pasarnos la factura por los servicios prestados desde el propio inicio de la República.  Y posteriormente lo han hecho durante 185 años, bajo el argumento que son los descendientes de los Ejércitos Libertadores, como si en vez de conducir un taxi o ser un contador en una agencia bancaria, el haber estudiado en la Academia Militar bajo la premisa que iban a ser los defensores del territorio patrio,  los hace a ellos ser  más descendientes de nuestros héroes que el resto de la población, con la innoble conducta que al portar las armas les da el derecho de abusar del resto de la población.