William Anseume: El “muñeco” de la mega-torta

William Anseume: El “muñeco” de la mega-torta

thumbnailWilliamAnseumeAclaro que coloco la palabra “muñeco”, así, entrecomillas por las particularidades que el término puede contener en cuanto a estética masculina y que no son, obviamente, las que deseo expresar al referirme al personaje o los personajes que hoy me ocupan al escribir. Tampoco describiré la mega-torta, muy poco dulzona, amarga; está a ojos vista.

Iré por otros senderos con el título.

Nicolás Maduro es un simple figurón. Aquí las palabras sí son muy precisas: “simple” y “figurón”. La mega torta se desenvuelve con fiesta patriótica y todo y él observa, da la cara que puede y se mueve como en una de esas bandejas de fiambres que giran para ser “apreciadas” por todos, mientras disfruta su disfraz y su colocación en el centro de atención. Esta suerte, mala por cierto, de Suárez Flamerich devaluado, como el bolívar actual, nada pinta, o, casi nada pinta. Él es el marido de Cilia, que ejerce un cargo público, sí, el de más alta relevancia política en el país. Más nada. Uno puede imaginarlo fácilmente estregando pantaletas y colgándolas en el tendedero en un día soleado.





¿Y entonces, qué?

Quien ejerce, en el estricto sentido que posee el verbo ejercer, es el otro. Así que no tiene mucha razón en eso y sólo en eso, subrayo, Armando Durán, cuando señaló hace cerca de dos meses, el 22 de junio para ser precisos, en El Nacional que Diosdado es el “segundo hombre fuerte del régimen”. Pues no. A nadie le cabe duda alguna al respecto de que el nativo del pueblito monaguense es el fuerte de este régimen. Pregunte usted donde quiera; sabrá la respuesta.

Y surge, de nuevo, la idea de que en este gobiernucho nadie se ocupa de lo que debe ocuparse, legalmente ni de ningún otro modo. ¿Cabello es Canciller acaso para que se entreviste con Shannon en Haití? No. El de El Furrial es quien manda aquí, inconstitucionalmente, por eso va a Haití, a Brasil y donde sea, como si presidente inconstitucional fuera. La visita a Brasil, para lograr “acuerdos para el abastecimiento de los alimentos en el país”, según El Nacional, nuevamente, fue un parapeto antecesor de su entrevista con Thomas Shannon, ya sabemos de la mampara porque de alimentos aquí nada, mientras que la entrevista con el de Obama tuvo sus diversas repercusiones políticas. En esto de no ejercer lo suyo me surge hoy, fresca, la pregunta acerca de qué hacía el Alcalde Jorge Rodríguez en Tocorón, como no sea haber ido a visitar un preso, por ejemplo, pero no quiero desviar.

El exgobernador de Miranda, de los peores por cierto, es Presidente de la Asamblea Nacional. Conocemos la inopia de este ente, que ha engavetado todas las leyes importantes para el país y se dedica allí más bien, su presidente, junto a sus aborregados “aliados”, trajeados de rojo oficial, a imponer sus criterios partidistas, a mandar a golpear diputados, a excluir a los electos y a amenazar a Fedecámaras tanto como a cuánto riesgo político se le atraviese en el tortuoso camino de sostener el, ahora más gelatinoso, poder.

Así, Diosdado Cabello es el guía del partido, persecutor de los medios libres de comunicación que nos van quedando (El Nacional, Tal Cual, Lapatilla), controlador de lo judicial, especialmente en este teje y maneje de encarcelar y soltar presos políticos; animador de programa de televisión, donde expresa todo el terrorismo de su estado; sólo basta para darse cuenta de ello con visar el agresivo nombre del programa. También es, especialmente, el mandamás de este desastre militar que “organizó” Chávez. Semejante poder aglutina el peso de las culpas, de las querellas, del amasijo de improperios que le depara nuestra realidad actual fuertemente y la historia.

La dictadura en Venezuela no es civil, perogrullada misma, es militar. Ya ese sector deja escuchar de nuevo el ronroneo.
wanseume@usb.ve