En medio del sufrimiento actual del pueblo venezolano, aseveramos que la oposición democrática venezolana, exige la restitución de la Constitución de 1999, tal como lo plantea su Artículo 333; reclama libertades democráticas e independencia de los Poderes Públicos; demanda combate claro y determinante contra la corrupción, la reactivación de la economía, libertad para los presos políticos y respeto a los DDHH; pide elecciones libres, transparentes, sin peculado de uso ni ventajismos de ninguna especie y, por último, requiere el cese de agresión, censura y cierre contra los medios de comunicación. Pero no sabemos, si a causa de la asesoría de personas, como el alemán Dieterich y el español Monedero, la cúpula roja de poder, no responde con soluciones; pero sí con represión, contramarchas y violencia mortal contra las manifestaciones.
El mundo conoce, que grupos armados y rentados, miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia y Contrainteligencia Interior y Exterior de Venezuela (SEBIN) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), disparan contra la multitud en franca violación de los derechos de personas. Acontecimientos, como los sucedidos a partir del 12 de febrero de 2014, así lo demuestran. Hechos, que cegaron vidas y arrojaron grandes cantidades de heridos y violaciones de DDHH. Por ello, numerosas personas afirman, que a muchos de estos delitos, la revolución los endosa, por mampuesto, a sus adversarios. Y bajo, estos y otros inhumanos procedimientos, el gobierno arresta, tortura y encarcela a los líderes de la oposición, a los dirigentes estudiantiles y a sus compañeros. Para hacerlo, les siembra falsos positivos, los interroga bajo el régimen de tortura o trata de neutralizarlos con otros medios aberrantes. De esto, dan testimonio, los que padecen cárcel o arresto domiciliario por hacer política, familiares de las víctimas y los medios de comunicación.
Las protestas y exigencias, contra una administración política como la del gobierno de Maduro, que ostensiblemente destruye a la economía, hunde al país en la escasez, en la inflación, la pobreza y, que de manera intencional, desconoce los derechos de personas, bien merece ser escuchadas, y el gobierno, ser reemplazado, mediante todos los mecanismos constitucionales, para salvar al país. Y esto, desde un inicio, lo ha pedido la oposición. Por ello no puede ser acusada de golpista ni compararla con el terrorismo de ETA. Entonces, ¿quiénes distorsionan la historia? Ciertamente, los escritos de Dieterich y las declaraciones de Monedero revelan visos selectos de propaganda goebbeliana, aceptan el terrorismo de Estado y la violación de los DDHH? Es decir, sus posturas engañan y mienten, en nombre de lo que en Venezuela ya fracasó.
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielmam@gmail.com