Julio César Arreaza B.: El primer demócrata

Julio César Arreaza B.: El primer demócrata

thumbnailjuliocesararreazaEl salón del Consejo de Ministros lleva el nombre de Néstor Kirchner, lo cual asociamos con maletines de dólares fraudulentos, populismo y hegemonía en el poder. Propongo el nombre de Raúl Alfonsín, el padre de la democracia de su país y el responsable principal que a partir de 1983 no haya habido en Argentina más presidentes de facto. Compartimos su pensamiento.

La misión de los líderes es plantear ideas y proyectos evitando la auto referencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones.

Seguir ideas, no a hombres. Los hombres pasan, las ideas quedan.





La democracia es la casa común, el hábitat y las normas que permiten desarrollar nuestras vidas plenamente como individuos y familias, como sociedad y como pueblo que aspira a ser una nación. Una tarea inacabable es la construcción de la unión.
Democracia es vigencia de libertades y derechos pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa. Que incluya a los desamparados, que construya puentes firmes que atraviesen la dramática fractura social provocada por la aplicación e imposición de modelos socioeconómicos insolidarios y políticas regresivas. Como los que conducen a la bancarrota en nombre de la justicia social, a un igualitarismo a ultranza que desprecia la sana competencia de las capacidades individuales.

Requerimos un Estado no subordinado a poderes extranjeros, ni a grupos financieros internacionales, ni a los privilegios locales.

La democracia es un orden más profundo que aquel asentado sobre el miedo.

La democracia no se cansa de ofrecer gestos de reconciliación, los ciudadanos prefieren realizar actos de amor que actos motivados por resentimientos. Cada vez que se pierde la democracia, los ciudadanos terminan perjudicándose.

La política no es solamente conflicto, también es construcción. La democracia requiere especialistas en el arte de la asociación política.

La democracia supone la coexistencia de las diversas clases y sectores sociales, de las diversas ideologías y de diferentes concepciones de vida. Invirtamos en la Formación Ciudadana, no deseamos ciudadanos sin pensamiento propio como son aquellos que creen que algo es verdad porque se lo impone la autoridad. Queremos instituciones separadas de cualquier personalismo.

Indispensable la alternabilidad, para ello además de instituciones democráticas autónomas es necesario que haya sujetos democráticos, porque sólo así logran sobrevivir a sus gobernantes.

No más prisioneros políticos, ni exiliados!