De múltiples disparos fue asesinado joven por líos entre pandillas en El Tigre

De múltiples disparos fue asesinado joven por líos entre pandillas en El Tigre

(foto Wayne David)
(foto Wayne David)

Diez heridas producidas por el paso de proyectiles acabaron con la vida de Lorenzo Rafael Marín Rodríguez, de 20 años, cuando dos sujetos que se desplazaban en una moto lo persiguieron, acorralaron y atacaron entre el callejón y la calle Aragua del sector Casco Viejo, en El Tigre. así lo reseña eltiempo.com.ve / Sol Vargas García

El suceso ocurrió ayer martes, a las 10:00 am, ante la mirada atónita de transeúntes y conductores que pasaban por el lugar.

Según versión de testigos, que pidieron no revelar sus identidades por temor a represalias, los homicidas siguieron al muchacho desde que salió de su casa, situada en el callejón Nueva Esparta.





Un curioso comentó que Marín, apodado “Lorencito”, caminaba cuando se percató de la presencia de los sujetos. Trató de correr para protegerse, pero recibió un balazo en la pierna izquierda. Sin embargo, cuando cruzaba la esquina se resbaló y cayó boca abajo.

Esta situación fue aprovechada por el individuo que iba en el puesto del parrillero para bajarse, desenfundar y accionar una pistola contra él, propinándole balazos en la cabeza, nuca y el intercostal izquierdo.

Luego, los victimarios huyeron con rapidez.
El padre de la víctima, atormentado, llegó al sitio expresando: “Maldita sea, te mataron por bobo. Eso te pasa por no escuchar consejos y pagar la lata. Ya sé quien lo hizo, pero la van a pagar”.

El hombre se rehusó a dar detalles sobre los presuntos asesinos.

Un allegado dijo que el joven había sido amenazado por una pandilla, y que el pasado domingo 31 sufrió un atentado en la calle Lisboa, cerca de la panadería que lleva el mismo nombre. Allí resultó ileso.

Funcionarios de la Policía Municipal de Simón Rodríguez acordonaron el área en resguardo para el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

En la carretera quedaron dispersos unos ocho casquillos calibre 9 milímetros y en algunas casas se observaron proyectiles incrustados.

Se conoció que Lorenzo Marín fue criado por su progenitor después de que su madre los abandonó. Un hermano fue ultimado hace cinco años en condiciones parecidas. En ocasiones trabajaba como obrero.