“Siguen encendidas las luces de Rosales” Por @FariasJoseLuis

“Siguen encendidas las luces de Rosales” Por @FariasJoseLuis

 

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Este viernes 6 de noviembre me largué a Maracaibo a vivir la experiencia de “el Encendido de las luces” y en busca de algunas respuestas que, al menos desde mi última visita a esa ciudad (el 15 de octubre pasado), rondaban mi mente en torno a la figura de Manuel Rosales.





Con un mojito de mero en coco y una guarnición de ensalada y patacones de por medio, en compañía de varios amigos, quise saber de cuál madera era percibido Manuel Rosales por su mujer y me vino preguntarle a Evelyng Trejo:

-¿De dónde le surgió a Rosales la idea de iniciar la tradición del “Encendido de las luces” en Maracaibo?

-Manuel es un hombre ordinario que hace cosas extraordinarias, me respondió con una llamativa admiración por su marido.

El registro de dos grandes movilizaciones de varias decenas de miles de personas en la ciudad de Maracaibo, el 8 y el 15 de octubre, a propósito del regreso de Manuel Rosales, fue un dato cuya significación me había estimulado a buscarle explicación en hechos más allá de lo obvio.

Surgió entonces mi interés por hurgar en el terreno de lo intangible, de la conexión afectiva, de lo espiritual y apareció la posibilidad de averiguar sobre el ya famoso “Encendido de las luces” que convoca a tanta gente. En sucesos como ese podía estar la clave de la conexión de él con el pueblo zuliano, un vínculo de tanta resistencia en el tiempo.

En un país en el cual, desde cierto tiempo atrás, a pesar de la dramática crisis que lo sacude, no han habido manifestaciones de tanta concurrencia, mucho menos en defensa de un dirigente político que ha permanecido más de seis años en el destierro, un lapso lo bastante largo como para echar en el olvido a cualquiera, algo de fondo debe explicarlas.

Sobre todo porque los zulianos presentes en esos actos (yo los vi, no me lo contaron) para esperar a su líder lo hicieron con un fervor muy singular e incluso con una disposición a ir bastante más allá de la simple asistencia al acto.

II.-

-Su devoción por la Chinita es muy grande -prosiguió Evelyng-, hace como veinte años, un diciembre, él me dijo que tenía unas ideas majestuosas para resaltar la veneración popular por la Virgen

El liderazgo de Rosales en el Zulia no se puede comprender sin zambullirnos en las aguas de su labor como gobernante.

¿Qué hizo Rosales para merecer ese sorprendente respaldo que evidencian las encuestas y se palpa en las calles y campos de ese estado? ¿Cómo explicar la continuidad de su liderazgo en el Zulia, luego de seis años fuera de la república?

En las calles de Maracaibo no hay afiches ni murales de Rosales, su firma no se encuentra estampada en forma gigante en las paredes de las viviendas ni en las edificaciones públicas construidas durante su gobierno. Sus ojos no están viendo a los zulianos en infinidad de imágenes públicas. Pronunciar su nombre en la radio o en la televisión zuliana se paga con severas sanciones del gobierno nacional. Rosales es innombrable en los medios de comunicación regional. No obstante, su nombre convoca en el Zulia como nadie más puede hacerlo en el país. Está vetado, censurado en su propio patio por el régimen desde los días de Chávez y más aún con Maduro.

Meterme a encontrar las causas del fenómeno Rosales en el Zulia fue una tentación incitada por su interesante trasfondo social y político. La intención no es la bastarda inclinación de cabeza ante un líder. Estoy muy lejos de la oración panegírica.

Me mueve la explicación del fenómeno de un liderazgo que por mucho que se le quiera minimizar desde el gobierno (y desde algunos sectores opositores), está allí, presente y consecuente, con el que hay que contar. Que no se le puede despachar haciendo sorna de su muy peculiar manera de comunicarse con el pueblo. Manuel Rosales es un hecho indiscutible en el Zulia y apunta con fuerza hacia toda la nación.

Manuel es un hombre de un gran humor, es el típico zuliano jodedor que hace reír a cualquiera, su sensibilidad social la comprueban sus acciones, sus arraigados valores democráticos están reconfirmados en su enorme esfuerzo por meter al país opositor en ese camino para el cambio desde el 2006 y en la fundación de un partido como Un Nuevo Tiempo que desde ese año ha sido, bajo su dirección, la piedra angular de la Unidad. Todo eso ha contribuido a fortalecer ese liderazgo de impresionante conexión con su gente, esa ascendencia social que el difunto Hugo Chávez supo ver con claridad -y temor- hasta desterrarlo para detener su crecimiento y su expansión al resto de la nación.

-Ve José Luis -continúa nuestra bella anfitriona- a Manuel se le ocurrió que debíamos hacer “el Encendido de las luces” y que debía ser una semana después de “la bajada de la Virgen” que es siempre a finales de octubre. La idea es que, al bajar, “La China” nos trae la luz, nos ilumina, nos guía, nos protege. Que había que buscar que la actividad fuera un día viernes y se extendiera hasta después de medianoche para que el pueblo pudiera ir tranquilamente y descansar el sábado.

Esa espiritualidad le ha dado permanencia a la relación de afecto de Rosales con los zulianos, la hizo particularmente duradera. A lo que ha contribuido, por supuesto, su desempeño como gobernante. Las obras públicas de infraestructura y servicios sociales que hablan por sí solas y cuyo trascendencia se acrecienta cuando se le contrasta con la de sus adversarios políticos. Una gestión que no es el caso de inventariar ahora y que el pueblo llano la reconoce en la expresión “el gobernador que más ha hecho por el Zulia”.

-La obra material y social ayuda, pero lo que realmente amarra es el carisma que lo conecta a fondo, que lo identifica con la gente, lo que le da “sabor de pueblo” a su gestión, añade el “Gato P?rez”.

III.-

-A él, se le ocurrió -prosigue Evelyng- que esas luces eran las del “titilar nocturno de Bella Vista” de la gaita “Así es Maracaibo”. ¡Ve que cosa más bella! ¡Eso es extraordinario!

-Si -entra en baza Zulay Medina, que sigue atenta la conversación-, es la gaita de Barrio Obrero.

El conjunto de Cabimas fundado en 1955, un poderoso soporte de esa fuerza intangible que es la zulianidad, grabada por primera vez en 1965 e interpretada por Bernardo Bracho

-¿Zulay, te refieres a la gaita de José Chiquinquirá Rodríguez?

-Esa misma, una gaita muy vieja y hermosa

Y ambos cantamos, uno al lado del otro en la mesa, la última estrofa de esa maravillosa y nostálgica danza gaitera del “Chinco” Rodríguez:

-“Y cuando zarpes del puerto aquel que te impresionó,

sientes en el alma que algo te embrujó.

Fue el titilar nocturno de Bella Vista

o la imagen sagrada muy venerada de la Chinita.

Así es Maracaaaiiibo …”

-Exacto Jos? Luis, ese es el himno de “el Encendido” -ripostó por allá Evelyng-. Por eso te digo que Manuel es un hombre común y corriente al que se le ocurren cosas extraordinarias que llenan el espíritu, como esa que la gente hizo suya.

III.-

Poco después de las 6 de la tarde llegamos a la plaza del “Ángel”, no hay el calor sofocante de siempre, sopla una brisa algo fresca que viene del lago a escasos 200 metros. Un impresionante monumento, donde se ve a la Virgen montada sobre un ángel, está en el centro de la pequeña plaza.

Estoy con Kico Bautista detrás de la tarima, al fondo gaitas, gaitas y más gaitas. Oímos a Danello Vadell y por si fuera poco se nos acerca el gran Betulio Medina, lleno de kilos, de años y de ganas de cantar. Nos abraza, le preguntamos por su homónimo, el otro gran Betulio, Betulio González, el ex campeón mundial peso mosca de boxeo: “¡SE CAYÓ BETULIOOO!”. Nos dice que está bien, que en días pasados lamentablemente no pudieron realizar un programa de televisión regional con los Betulio más famosos del estado.

Aparecen los políticos de la región a echarse su “baño de masas”: Pablo Pérez, Lester Toledo, William Barrientos, Nora Bracho, “Teqüeños crudo”, Eliseo Ferm?n, Daniel Pone, Mazuco. Saludos afectuosos con todos y Kico entrevista con ellos para VerTvNoticias.com, nos cargamos de nostalgia por las letras de los cantos a “La China”.

Me encuentro justo en la tarima de partida de la avenida de Bella Vista y de “el Encendido de las luces”. Aparece el cura párroco, se manda con un discurso que ya quisieran muchos políticos. Llega la alcalde, con sus hijos, son un chorrearon de muchachos, le canta y le baila a la Virgen, le habla al pueblo, la oyen, menciona el nombre clave: Manuel Rosales y aquello se viene abajo en aplausos.

Kico y el caramarógrafo José Luis Fernández se abren paso para recoger las imágenes y el testimonio. Luego advierte que a un lado está la reina de la feria de “La Chinita” y ahí lo perdimos, no tuvo ojos ni micrófono para más nadie hasta que un llamado a botón lo hace entrar en razón y corre a filmar justo el momento del inicio del “Titilar nocturno de Bella Vista”.

El fastuoso monumento de la Virgen sobre el ángel se llena de luces y al fondo revientan las bengalas dando un colorido espectacular. Ha llegado la Navidad a Maracaibo, al Zulia.

IV.

Ahora, también llega mi calvario. La señora Evelyng se echa a caminar, cual Manuel Rosales, con el gentío atrás por la avenida Bella Vista a través de aquella multitud. Kico, sin medias y con zapato de suela, larga la respiración y colecciona ampollas persiguiéndola, Carlos Valero y Frederick Villegas ríen.

Me rezago con el Gato Pérez al ritmo de mis juanetes y mis viejas fracturas en los pies y si bien el calor no tiene la inclemencia de otros días, el tumulto, el agite y los muchos kilómetros de caminata sueltan el sudor que empapa mis ropas.

La quedada beneficia mi mirada, registro que lo que allí está es el común. En forma de familia. De novios, de alegría, de gozo, de niños, jóvenes, adultos y viejos. Las parejas se desplazan con sus crías en coche, al hombro, de la mano o sueltos. Los vendedores de chucherías y los populares carritos de cepillados están por todos lados.

Pregunto

-¿Cómo ven la asistencia?

-Está muy buena, pese a la crisis

Me torno incisivo y

-¿Cómo la ven respecto a otros años?

-Algo menor, antes, cuando Manuel, se extendía la iluminación hasta la Basílica y había más tarimas, ahora está un poco más corta. No hay plata. Además, no olvides que para venir hasta aquí una familia debe meterse por lo menos dos o tres mil bolívares en el bolsillo. Sin inventar mucho, para solo el pasaje, unos cepillados, una cotufa o un algodón dulce para los muchachos.

Evelyng va en dirección hacia la Basílica con mucha, mucha gente atrás, por los canales de la derecha. Pero también hay mucha, mucha gente que se mueve en dirección contraria, por la vía izquierda de la amplia avenida en dirección al monumento de la Virgen sobre el ángel. La avenida Bella Vista se ha convertido en un infinito bulevar con una marea humana desbordada. A lo largo, tarimas y tarimitas concentran miles y miles. Hay un ambiente de festividad popular, una suerte de terapia colectiva.

-Arias Cárdenas ha tratado de sabotear está fiesta y de no permitir que se haga, pero Eveling la ha mantenido contra viento y marea y al gobernador no le ha quedado otra que montar una imitación de “el Encendido” por una calle cercana a la gobernación, me cuenta el Gato Pérez.

V.-

Llegamos a “Casa Paco”

-¡Gato, Gato! -gritan un par de viejos amigos que observan la inmensa movilización al frente del restaurante- ven, vamos a bebernos un whisky aquí adentro.

Aceptamos la generosidad maracucha, mojamos el gaznate con un par de “ocho años” que nos invitan y seguimos nuestra ruta a tratar de darle alcance a Eveling.

Mientras ando y trató de apurarme, veo parejas de jóvenes en una calle lateral semi oscura en plena faena, busco parangones con aquella gran fiesta juvenil y viene a mi recuerdo la estrofa de “Fiesta”, el hermoso verso que Juan Manuel Serrat hizo canción en 1970 pese a la mojigata censura franquista:

Apurad

que allí os espero si queréis venir

pues cae la noche y ya se van

nuestras miserias a dormir.

Vamos subiendo la cuesta

que arriba mi calle

se vistió de fiesta.

Y hoy el noble y el villano,

el prohombre y el gusano

bailan y se dan la mano

sin importarles la facha.

Juntos los encuentra el sol

a la sombra de un farol

empapados en alcohol

magreando a una muchacha.

A eso me olió Maracaibo esa noche de luces y titilares en Bella Vista.

Estoy palpando una tradición creada por Rosales que necesitó de una fiesta previa, la de la “bajada de la Virgen”.

-Fue el mismo Manuel quien convenció al padre Eleuterio Cueva de que sacara a la Virgen de la Basílica, en donde solo la besaban y veneraban directamente los ricos y las personalidades de la ciudad. Le limpió de buhoneros el frente para hacer en el sitio una inmensa plaza en la que “La China” se desliza por sobre rieles y se acerca al pueblo para que también la besen y la veneren. Ese es Manuel Rosales, dice la recia Evelyng, su orgullosa mujer, alcalde de Maracaibo.

-En 2016 se cumplen veinte años de la tradición y yo les prometo a Maracaibo que en esa oportunidad vendré con Manuel y todos mis hijos cuando recuperemos la democracia, la paz y la libertad, prometió en su primer discurso de la noche.

Todo parece indicar que su promesa no será en vano, se respiran aires de cambio en toda Bella Vista al igual que en todo el país.