Enrique Márquez: Estamos aquí

Enrique Márquez: Estamos aquí

thumbnailenriquemarquezEl regreso de Manuel Rosales ha suscitado toda suerte de conjeturas. Desde el ciudadano más analítico hasta el más superficial, la pregunta no ha dejado de hacer ruido por todas partes: ¿Qué hace aquí Manuel Rosales? ¿A qué vino Manuel Rosales? Las respuestas son más interesantes que las preguntas, que no salen de un marco repetitivo y cansón. Interesantes en el sentido de que no deberían despachar ligeramente el tema de fondo y permanecer en explicaciones más cómodas, que rondan el chiste evasor al que estamos tan acostumbrados… mal acostumbrados… y que tanto daño hace a la memoria histórica, a la cultura política y al compromiso responsable con lo que somos como nación.

No se trata de saber qué hace aquí Manuel Rosales. Se trata de hacer consideraciones objetivas que llevan a pensar y repensar mejor su presencia entre nosotros. Más allá –y más acá- del infame presidio que él y otros presos políticos están sufriendo, y de lo previsible que era esta crónica anunciada. Más allá –y más acá- de opiniones gratuitas, viscerales, desprestigiantes o exageradas. Pensar y repensar esta presencia desde la situación clara que vivimos para que aun más claro quede el sentido de un regreso que puede parecer paradójico a simple vista.

Manuel Rosales dice ESTOY AQUÍ, frente a un gobierno ilegítimo que ha irrespetado todas las reglas del juego democrático, que ha sumido al país en el caos más severo, que ha destruido todo lo que es posible destruir y más: aparato productivo, instituciones fundamentales, valores absolutos y relativos, la educación, la sanidad,  la propia democracia… Un gobierno que exuda crueldad y farsa por todos sus poros. Que compra jueces, militares, fiscales; amaña juicios; miente con cinismo y se vanagloria de ello. Un gobierno soez  que al no poder exhibir ningún argumento altruista para nada de lo que hace, se dedica al insulto, a la calumnia, a degradar al lenguaje y a envilecer las ideas. Un gobierno que no hace nada salvo corromper y corromperse a diario,  sin descanso.





Regresar a este círculo del infierno no puede ser un acto irreflexivo, movido por intereses mezquinos. Estar aquí es sobreponerse al miedo, a la desesperanza, al sentimiento de inutilidad que nos está avasallando. Regresar en estas condiciones es una proeza que suma a otras gestas de otras gentes e individuos que luchan poniendo la carne propia… ¿Cuántos de nosotros lo hemos hecho? ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a hacerlo?

Manuel Rosales dice ESTOY AQUÍ, para sumarse en directo y a cualquier precio, a la lucha opositora. Para acompañar y añadir energía a los ideales comunes e incuestionables que mueven a la oposición: libertad, paz, prosperidad, diversidad, cambio, oportunidades, apertura. Está aquí como el político de acción que siempre ha sido. Y sabe que toda la oposición cabe en esta lucha. Con diversidad de criterios, con visiones contrapuestas, con posturas distintas. ¿No es eso lo que extrañamos de la democracia  que ahora no tenemos?  Extrañamos la pluralidad de propuestas sobre la realidad que ahora se cercena, la ausencia de censura, la libertad de pensar y decir, de asociarnos con lo que nos representa y de rechazar lo que no. Que Manuel Rosales esté aquí muestra el deseo de constituir un todo amalgamado donde se encuentren la mayor cantidad de posibilidades para reconstruirnos, para rehacernos desde la diversidad y gracias a ella.

 

Manuel Rrosales dice ESTOY AQUÍ, después de haber sufrido la persecución brutal del régimen. Después de haber sido falsamente acusado de enriquecimiento ilícito y cualquier otra clase de delitos que, luego, fueron aceptados por falsos,  tanto por el juez de la causa como por el acusador directo. Manuel Rosales está aquí a pesar de ser un blanco diseñado artificialmente por el régimen para destruir su liderazgo en el Zulia. Hacer sombra a los megalómanos de turno nunca ha sido buena idea. ¿Se conoce la obra de Manuel Rosales en Zulia? ¿Nos acordamos del legado de Manuel Rosales en el Zulia? Los zulianos, sí. Entre el 2000 y el 2008 el estado Zulia exhibió un progreso memorable. Se modernizó la red de salud pública, se incrementaron y aumentaron los espacios educativos, se tomaron medidas eficientes contra la inseguridad, se remodeló y embelleció el casco central de Maracaibo, se mejoró la infraestructura de servicios básicos…Se trabajó para la gente, se administró  para cubrir las necesidades de la gente. El refrán lo dice: “obras son amores…”, y hay pruebas suficientes para verificarlo. Rescatar del olvido premeditado y de la descalificación sistemática la gestión de Rosales, es parte de lo que está implícito en su regreso.

Manuel Rosales dice ESTOY AQUÍ, para contribuir a solidificar el sentido más puro del quehacer democrático. Para reconquistar los espacios políticos aniquilados. Para apoyar a los líderes opositores que hoy están siendo víctimas de sus convicciones. Para unir su energía y su experiencia a Antonio Ledezma, Leopoldo López, Henri Falcón, Henrique Capriles, María Corina Machado y todos los que batallan a diario con la esperanza firme de vencer esta barbarie inusitada. Manuel Rosales viene a poner su esfuerzo junto al nuestro, para construir el país que queremos y necesitamos. Para que lo rija una democracia justa y verdadera.

Manuel Rosales dice ESTOY AQUÍ. Y nosotros también ESTAMOS AQUÍ, dispuestos a aglutinarnos en torno a la orientación madurada de líderes que se han curtido como protagonistas de esta aciaga historia que con mucho, gracias a ellos, está a punto de cambiar este próximo 6 de diciembre.

 

Enrique Márquez

Presidente Un Nuevo Tiempo