Tener asertividad te permite expresarte con firmeza y delicadeza.
¿Eres de los que piden directamente y con cortesía lo que quieren? ¿Sabes defender tus puntos de vista sin agredir y sin imponerte? ¿Puedes decir no sin sentirte culpable? Así lo reseña toyfeliz.net
Tener la capacidad de expresar lo que piensas, sientes y quieres y de rechazar lo que no deseas de una forma firme y respetuosa es lo que define a una persona asertiva.
El término asertividad viene del latín asserere, que significa afirmar. Cuando te preguntas qué es lo que quieres realmente, puede aclararse y reafirmarse lo que deseas y actuar en consecuencia.
La asertividad es comunicarse y actuar buscando el equilibrio entre la agresividad y la pasividad; entre el agredir con su actitud y el someterse a la voluntad de otros. Por ejemplo, una persona que acepta ir a una reunión familiar, aunque no desea hacerlo en lo más mínimo. Va, incluso sintiéndose un poco molesta, porque piensa que de no presentarse puede herir a alguien o ser criticada. En lugar de afirmarse para sí misma su deseo de no asistir, se somete a lo que se espera de ella; o a lo que ella cree que esperan los demás, que en ocasiones no se corresponde con la realidad. Tampoco es asertiva la persona que se molesta si algún familiar expresa su voluntad de no participar.
¿Cómo aprendemos a no ser asertivos? En muchos contextos sociales no es bien visto que las personas pidan directamente lo que desean, entonces es común que se usen frases para pedir las cosas de forma indirecta. Emitimos una oración aceptada socialmente para poder enviar por debajo el mensaje real: “¡Qué sabroso se ve tu desayuno!” A ese comentario comúnmente respondemos: “¿Quieres?”, porque captamos –aunque casi inconscientemente– el mensaje: “dame de lo que estás comiendo”. Un niño podría decir: “sí, se ve y está sabroso y no te voy a dar, porque no quiero”.
Con la socialización, la espontaneidad de los niños se va perdiendo. Muchas veces se les enseña a no pedir directamente, a no decir lo que desean y a no respetar la voluntad y los gustos de los demás; es decir, se les enseña a no ser asertivos.
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