Joaquín Chaparro O: Partido oxidados

Joaquín Chaparro O: Partido oxidados

Joaquin ChaparroMe preguntaba un vecino en estos días, cual es el sentido del ciudadano en un partido? político, y mas cuando 82% de los venezolanos expresa su deseo de cambiar, con el objetivo de forzar transformaciones que mejoren el funcionamiento democrático del Estado, hoy hipertrofiado por las políticas fracasadas y pasadas de moda del socialismo del siglo XXI.

Los ciudadanos quieren de forma explícita mediar sobre aquellos actos de gobierno que regulan su vida ciudadana muchas veces fuera del marco de la Constitución Nacional. En torno a esas reformas que avizoro, la gente de a pie cree que es necesario impulsar cambios e imnovar los partidos políticos, constituidos ineludiblemente en sólidas bases de los sistemas democráticos en el mundo. Hoy en dia percibo una  fuerte aspiración de transformaciones reales y profundas de la gente, que vayan mucho más allá de declaraciones ampulosas de dirigentes de partidos que sencillamente quedan en nada, y yo me sumo a ese deseo, al igual que muchos mas, ya que lo interpretamos a partir de la experiencia que tenemos como políticos de muchos años de formación dentro de los partidos de la democracia.

Ahora cuando se está hablando de relegitimar los partidos ante el Consejo Nacional Electoral, diríamos que se hace necesaria una nueva Ley de Partidos Políticos y especialmente un cambio profundo de mentalidad, no un toque de maquillaje, es decir, una legislación que los obligue a democratizarse internamente y cumplir con la Constitución. Muchas de las cosas que estamos viviendo hoy los venezolanos se deben a la falta de democracia interna en los partidos políticos y eso lo sabe el ciudadano quien tiene clara sus ideas sobre el funcionamiento interno y financiación de los mismos. En el fondo, el ciudadano es el principal partido de una democracia, en el ser ciudadano, sentirse ciudadano y actuar en el marco de lo que significa, un buen ciudadano radica, por ejemplo, el espíritu de toda organización política. Por ello, es claro el papel del ciudadano dentro y fuera de los partidos, quien los observa, los escruta, los crítica y valora pero es necesario que a partir de la nueva coyuntura política en Venezuela haya más supervisión y control de los partidos.





De todos en general porque, en especial, es necesario castigar severamente el peculado de uso para aquellos partidos que estén en gobierno o tengan relaciones con gobiernos en sus distintos niveles (nacional, regional o municipal). Por aquello de que nada cambia si tú no cambias, estoy convencido además que los partidos deben tener, según muchos politólogos expertos en la materia, una nueva visión, una convicción, un método, profundo amor por el medio ambiente  y una pasión.

Parto del concepto y sentido del ciudadano en su más amplia acepción no del uso del ciudadano para aspiraciones políticas, como ha ocurrido hasta el presente. La visión es que los males de nuestra sociedad encontrarían mejor y más rápida solución si mejoramos el funcionamiento del sistema político actual y con ello la regulación partidista, no sólo en lo que tiene que ver con su representativa, sino forzándole a que desarrolle su trabajo de manera más eficaz y transparente.

Los políticos se han oxidado dentro del seno de sus partidos y otros requieren importantes reformas, como por ejemplo el Copei de mis tormentos, al cual solo le ganan los partidos del ala oficialista con el Psuv a la cabeza, una verdadera distorsión del concepto de partido político. El ciudadano venezolano tiene muchos años arrastrando problemas sin encontrar salida, como es el caso del socialismo del siglo XXI, que hace urgente resolver la crisis institucional del sistema político venezolano.

En el fondo ciudadanos, lo bonito de todo en mi patria grande Venezuela es que estamos en el mejor momento para hacer política dado que tenemos por delante una lucha independizadora por lo que consideramos vital proponer reformas en la Ley de Partidos Políticos, una lucha frontal contra la corrupción política y, en general, ensanchar los márgenes de la democracia para adecuarlos a las nuevas exigencias ciudadanas. Si no lo hacemos, todos perdemos, pues, con una situación de parálisis política, convertida en una gran camisa de fuerza que, algunos, quieren despojarse y  otros, como nosotros, desnudar, para que las decisiones de los políticos vuelvan a ser útiles para los ciudadanos.

Compartimos la convicción de que este asunto es demasiado importante como para dejarlo, en exclusiva, en manos de los políticos y necesariamente tenemos que desmontar este andamiaje de políticas agudas que cercena la participación ciudadana en una vida libre con justicia y alegre.

Finalmente, la Asamblea Nacional debe promover e impulsar una reforma a la Ley de Partidos Políticos en Venezuela que se constituyen en verdaderos partidos modernos y no en partidos oxidados necesarios de revitalizar o sepultar para dar paso a nuevas organizaciones con mejor sentido de oportunidad para la gente.

Twitter: @joaquinchaparro.