Albert O. Soto: Venezuela secuestrada

Albert O. Soto: Venezuela secuestrada

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Venezuela está secuestrada y la solución a través de políticas dialécticas se encuentra lejana. La coyuntura del país es compleja, pero si hay algo que se tiene claro es, que estamos gobernados por una cúpula penetrada por el narcotráfico y mafias poderosas. Los líderes opositores hacen alusión de ello, pero no profundizan, tal vez por miedo o por complicidad. En política piensa mal y acertarás, y he acertado. Las estrategias del gobierno han terminado de reventar la pata de la Mesa; la falta de visión de la MUD ha debilitado sus bases y los venezolanos se decepcionan rápido, ¿y quién no?





He sido opositor a este Gobierno desde que tengo conciencia política, y también he decidido ser opositor de esta oposición. La polarización ha vuelto muy fina la línea que los diferencia en cuestiones políticas. A ninguno se les puede criticar, a ninguno se les puede sugerir, pues, tienen las recetas mágicas, pero nunca les funcionan.

El caos que vive Venezuela es gracias al chavismo y su gobierno, es cierto, pero si han logrado llegar tan lejos es porque no existe una oposición fuerte que frene ese avance desastroso. El pensamiento izquierdoso atrasado que poseen la mayoría de los políticos del país, le limita la búsqueda de salidas; el dogma utópico descendiente del marxismo aun gangrena el cerebro de quienes lideran. Plantean encontrar soluciones aplicando la misma receta por las mismas vías con los mismos personajes. Creo que todos estamos hartos ya de eso.

El fanatismo con el que se maneja la política venezolana limita el razonamiento y nos condiciona a ser simples corderos, y discúlpenme pero yo no nací para ser seguidor de mediocres. Mi generación ha demostrado –en su mayoría- dar el paso para la evolución política en el país, y es lógico, pues nos ha tocado vivir el desastre creado por generaciones anteriores. Estamos sufriendo las consecuencias de la flojera, el conformismo, el Estado paternal, la demagogia  y el populismo extremo. Los recientes hechos de la política han demostrado que las viejas costumbres no se pierden: saltos de talanquera, incoherencias discursivas y bravuconadas defensivas intentando justificarse.

No comprendo cómo dentro de la oposición hay quienes apoyan la juramentación de los gobernadores de Acción Democrática ante la ANC. Con el discurso desgatado de no regalar los espacios, cuando la realidad es que así se conquisten los espacios ninguno les va a tumbar la plaza de millones de dólares al Gobierno. La mayoría de los venezolanos ha acudido a las elecciones tapándose la nariz y con el trapo en la boca, intentando agotar la vía democrática, pero la falta de voluntad de los rojos demuestra que por elecciones no hay cambio.

Ya se anunciaron las elecciones municipales, estrategia maquiavélica del Gobierno al dividir a la oposición. Esa es la verdadera técnica del “ratón loco”. Unos dicen que acudirán, otros que no, algunos que debe definirse un candidato presidencial. La realidad es que en el tablero de ajedrez un peón se convirtió en reina y se traslada por el a su antojo, y es el único candidato presidencial que no tiene inhabilitado la oposición. Dentro de la oposición alguien por lo menos hizo su estrategia, pero nuevamente con motivos personales.

@Albertsoto18

Dirigente Juvenil del Movimiento Progresista de Venezuela