El precio de los alimentos en Venezuela continúa su alza indetenible

El precio de los alimentos en Venezuela continúa su alza indetenible

Un comerciante es auditado en el Mercado Municipal de Quinta Crespo /foto archivo EFE/Cristian Hernández

 

En un mes los rubros que más se encarecieron fueron café, pimentón, leche en polvo descremada, pasta, queso amarillo emmental y la parchita, publica Crónica Uno.

Por Reymar Reyes Moncayo





La inflación acumulada entre diciembre 2017 y mayo de 2018 fue estimada en 1995,2 % por la Asamblea Nacional, y en junio la aceleración de precios siguió su rumbo.

Un recorrido realizado por Crónica.Uno en mercados y supermercados revela que los seis alimentos que experimentaron mayor alza entre la primera y la última semana del sexto mes del año fueron: café, pimentón, leche en polvo descremada, pasta, queso amarillo emmental y la parchita.

En esos artículos, las variaciones de precios en solo 30 días estuvieron entre 110 y 240 %. Solo en mayo, de acuerdo con los datos del Parlamento, la inflación de alimentos fue 200 %. Analistas señalan que en la última semana de cada mes los costos de los rubros suelen subir más.

Productos como carnes, pollo y tubérculos también se dispararon en junio y una familia requiere de mínimo 1,5 millones de bolívares para adquirir lo más esencial.

En el Mercado Municipal de Quinta Crespo, por ejemplo, el pescuezo de pollo, lagarto con hueso y costilla de res están entre 1,5 millones y 2,9 millones de bolívares. De resto, el solomo, lomito, pulpa negra, muchacho redondo, carne molida, bisteck, pollo entero, pechuga, muslo de pollo, milanesa, pernil y chuleta van desde los 4,2 millones a los 6,2 millones de bolívares.

Aunque la sardina aumentó 75 % su precio en un mes, todavía resulta ser una de las opciones más accesibles para los consumidores, su costo es de 700.000 bolívares el kilo. Los tubérculos (ocumo, ñame, batata, yuca y apio) también varían entre 400.000 y 800.000 bolívares.

Los precios suben con velocidad porque hay una menor producción y frente a la menor oferta, el Banco Central imprime bolívares de manera desordenada para atender las necesidades del sector público, lo presiona los precios. En ese contexto, el Gobierno intensifica las fiscalizaciones a los comercios.

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