Jackeline Sandoval de Guevara: “La justicia no se agradece”, por José Luis Centeno S

Jackeline Sandoval de Guevara: “La justicia no se agradece”, por José Luis Centeno S

 

El terrorismo judicial, traducido en irrespeto al debido proceso, retardo procesal, cumplimiento de pena sin condena, montajes judiciales, torturas, es una realidad, inseparable de infortunios, advertida por Jackeline Sandoval de Guevara, por casi tres quinquenios, como el fruto de “la justicia roja” aplicada a la disidencia, tan repugnante como “el hedor nauseabundo de la muerte” encontrado al entrar a una cárcel.





Como esposa de un preso político, Rolando Guevara, Jackeline Sandoval, hace ver que el olvido, la memoria corta, agrava la situación “de los venezolanos que han sido privados de su libertad injustamente”, “ilícitamente”, “sin pruebas” y “lo más rápido posible” por ser considerados enemigos.

En sus artículos “¿Memoria corta o los olvidados?” y “No olvidar” describe “cómo es abandonado un ser humano por el sólo hecho de estar privado de libertad”, olvidado por su entorno y las autoridades.

Abogada en ejercicio y Activista de Derechos Humanos de reconocida trayectoria, como corolario de su experiencia profesional y personal, funda en el 2006 FUNDEPRO, cuya labor y seriedad resaltó el abogado y profesor universitario Carlos Nieto Palma:

“Siempre he pensado que una de las organizaciones más respetables en el trabajo de defensa de la situación de los presos políticos venezolanos es la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro); conozco su trabajo desde hace varios años y me consta la seriedad del mismo”.

Desde una perspectiva humana, a partir del “desasosiego y ninguna esperanza de salir en libertad” que invade a todo preso político y sus familiares, Jackeline Sandoval, como esposa y profesional del Derecho, supo interpretar la desesperación y angustia de presos políticos y comunes, para denunciar vicios y graves errores del Sistema Judicial Venezolano, también la indolencia ante esta cruenta realidad, resumida en la expresión “Eso no es problema mío”.

“Retardo Procesal y Desesperación”, bajo ese título publicó las conclusiones a las que llegó en conversaciones con privados de libertad, resaltando los efectos de la desesperación:

“Cuando analizamos las fallas en nuestro proceso penal y desencadena además consecuencias mortales en el sistema penitenciario, solo nos queda lamentar que tanta gente inocente o culpable decida su destino así, prefiriendo una confesión no real, solo con la esperanza de ser libres nuevamente y escapar de tanta deshumanización, dejando pasar atropellos, violaciones a sus derechos humanos e incompetencias tanto de jueces como de fiscales y solo ser una estadística más, que pareciera solo ratifica la pretensión del ius puniendi del Estado, pero ante esa sola esperanza de ser libres otra vez, ¿quién piensa en el derecho y mucho menos en que se haga justicia?”

Mucho antes que se hablara de dictadura o tiranía, la Dra. Sandoval sostuvo: “No hemos visto respeto del gobierno a los derechos humanos, más bien hemos visto intolerancia.” Llamando las cosas por su nombre, recién aseguró: “Estamos ante un régimen que ha usado el terrorismo judicial”. Apreciaciones unidas por una convicción inalterable en el tiempo: “Estar preso en Venezuela hoy en día significa arriesgar la vida y es peor cuando se está preso injustamente”. Esbozando un escenario largamente extendido.

“Tenemos que recordar que la persecución contra la disidencia no comenzó en el 2017, ni en el 2014, sino que incluso tenemos presos políticos desde el año 2000. Estamos ante un régimen que ha usado el terrorismo judicial para encerrar a cientos de hombres y mujeres. En 18 años hemos tenido más de 10.000 presos políticos, de los cuales permanecen tras las rejas 382 personas en una dinámica en la que salen dos personas y entran diez”.

Su mayor preocupación son las “violaciones al Debido Proceso en los casos de Presos Políticos”, que en términos procedimentales implica “presos políticos que han carecido del derecho a un debido proceso”, Rolando Guevara es un claro ejemplo, “Como su esposa me pega el ver cómo se puede violar día a día el debido proceso”, y como abogada, confiesa: “La parte legal es lo que más me ha pegado”, dejando claro el por qué:

“El caso del Fiscal Danilo Anderson donde se han observado las violaciones al debido proceso más atroces que pudiéramos invocar y a pesar de ello Rolando, Otoniel y Juan Guevara, todos ex funcionarios policiales tienen 13 años y 10 meses detenidos, siendo otras víctimas más del aparato de justicia del país pagando por un delito que no cometieron, y no conforme el Ministerio Público de haberlos “sembrado” con testigos falsos, estos mismos testigos, sumándoseles un Fiscal del Ministerio Público, denunciaron al país que todo era un montaje a cambio de una suma de dólares ofrecida por sus testimonios y que luego Isaías Rodríguez no canceló en su totalidad.”

No cesa de insistir, “nosotros estamos pidiendo el cumplimiento de la Ley”, bajo ese criterio arguye, “La justicia no se agradece porque es un derecho para el que la recibe y un deber para quien la otorga o impone”.

“Lo más sagrado que pide un preso es un juicio justo y la visita de sus familiares”, lo sostuvo en el Sebin el 10 de julio de este año y en diciembre de 2011, cuando la Ministra Iris Varela, tras reconocer las pésimas condiciones de reclusión allí existentes, sembró zozobra y desánimo entre los internos al señalar: “no debe haber privados de libertad en el Sebin”.

“Eso sigue siendo una tortura de parte de este gobierno Ministra”, esa fue su respuesta, sabiendo que “Todos los poderes se lavan las manos y los presos siguen siendo hijos de nadie”, algo notorio particularmente luego de exigir “un gesto de buena voluntad al gobierno”, medidas humanitarias para presos políticos gravemente enfermos o de haber demostrado la no culpabilidad de encausados en juicio.

La determinación, constancia y capacidad que siempre han caracterizado a Jackeline Sandoval, especialmente desde el año 2004, después de la detención de los hermanos Guevara, además de ejemplo en el campo de la defensa de los derechos humanos y del ejercicio profesional del Derecho, es de gran significación para los presos políticos y sus familiares.

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