La costosa defensa del Chapo que nadie sabe cómo paga

La costosa defensa del Chapo que nadie sabe cómo paga

Eduardo Balarezo (izquierda) y William Purpura llegan al juicio contra el Chapo Guzmán, el 5 de noviembre en Nueva York. EDUARDO MUNOZ REUTERS

 

 

El famoso abogado neoyorquino Jeffrey Lichtman se dirige a uno de los testigos de la fiscalía: “¿Necesita que le refresque la memoria?”. El letrado recurre a la vieja táctica de cuestionar la credibilidad del interrogado para crear confusión en el jurado. Su teatral estilo obliga al juez a intervenir en más de una ocasión. Lichtman, de 53 años, se sienta a la izquierda de su cliente, Joaquín Guzmán Lorea, El Chapo, antiguo jefe del sanguinario cartel mexicano de Sinaloa, uno de los grandes imperios de la droga, publica El País.





El letrado es uno de los tres abogados principales que integran el equipo legal del hombre acusado de introducir 155 toneladas de cocaína en EE UU durante un cuarto de siglo y que está siendo juzgado en un tribunal de Brooklyn desde mediados de noviembre en medio de fuertes medidas de seguridad.

Cómo paga El Chapo a sus abogados es una incógnita. Se calcula que financiar la defensa de un caso de este calibre puede costar cinco millones de dólares (4,3 millones de euros) y los bienes del acusado, de 61 años, han sido embargados. La figura central del equipo legal es el ecuatoriano Eduardo Balarezo, que se sienta a la derecha de El Chapo durante el juicio y muestra en todo momento una actitud muy paternal hacia el acusado. En un extremo de la mesa está William Purpura, un maestro del interrogatorio.

El equipo lo completan un letrado que trabaja con Lichtman y dos asistentes. Hay un par más de ayudantes que operan desde fuera del tribunal de Brooklyn.

Durante una pausa del juicio, Balarezo comenta: “Es lo que ves”, mientras señala a la bancada de la fiscalía, que le supera claramente en número, integrada por equipos de Nueva York, Florida y el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Guzmán fue detenido en México en enero de 2016, casi seis meses después de fugarse de una prisión mexicana de máxima seguridad. Después, en enero de 2017, fue extraditado a Estados Unidos. Durante nueve meses tuvo abogados de oficio.

 

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