ZooMontana en Billings, Mont., Está programado para reabrir a los miembros el 4 de mayo y al público en general el 11 de mayo, lo que permite recibir hasta 500 visitantes por día, lo que representa el 10 por ciento de su capacidad.
Este pequeño evento realizado por un pequeño zoológico (el único en Montana) es un símbolo de que Estados Unidos comienza un gran experimento en el manejo de la pandemia de coronavirus mientras se reabre la sociedad.
Como la mayor parte del zoológico está al aire libre, los visitantes pueden distanciarse socialmente y minimizar la amenaza de propagación del virus.
Esta decisión para Billings, que tiene una población de 109,000, no funcionará en todas partes.
Una decisión hipotética similar de reabrir el zoológico de Central Park en el centro de Manhattan sería desastrosa. La población de Manhattan es más de 1.6 millones, mientras que la de Nueva York es de alrededor de 8.4 millones. Lo que funciona en un lugar puede no funcionar en otro.
De hecho, todo el estado de Montana (147,040 millas cuadradas) tiene una población de poco más de 1 millón. Esto es menos que la población de Manhattan, una isla que cubre 22.7 millas cuadradas.
Montana ha tenido poco más de 440 casos confirmados de COVID-15, la enfermedad causada por el coronavirus, y 14 muertes. La ciudad de Nueva York ha tenido más de 150,000 casos confirmados, con más de 16,000 muertes.
Claramente, una política que tenga sentido para Montana sería una pesadilla en la ciudad de Nueva York.
Sin embargo, el enfoque inicial único para cerrar Estados Unidos fue tan inapropiado para Montana como lo sería la reapertura para la ciudad de Nueva York. Estados Unidos es un país enorme, y hay muchas características diferentes dependiendo de dónde se encuentre y de lo que esté haciendo.
La capacidad de Montana para tomar una decisión local basada en las circunstancias locales es un tributo al movimiento del presidente Trump para descentralizar el proceso de reapertura a los estados y sus gobernadores.
Hacer que un burócrata de Washington decida cuándo podría abrir cada zoológico en Estados Unidos sería una invitación a la calamidad. Lo mismo sería cierto si los burócratas de Washington tuvieran el poder de decidir cuándo reabrir cada restaurante, bolera y salón de belleza.
Christopher DeMuth hizo un buen comentario en un brillante artículo para The Wall Street Journal titulado “Trump reescribe el libro sobre emergencias:”
“La respuesta de Washington a la pandemia de Covid-19 está volcando uno de los patrones más duraderos de la política estadounidense”, escribió DeMuth. “A lo largo de la historia, las emergencias nacionales han llevado a un gobierno federal más poderoso y centralizado y a la transferencia del poder federal del Congreso al poder ejecutivo.
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