Rosanne Boyland había sido arrestada por drogas una y otra vez. Finalmente, dio un paso al frente y se limpió. Incluso quería ser consejera de sobriedad.
Pero ella también cambió de otras formas. Ella se volvió conservadora. Compró el culto de la conspiración QAnon y se negó a creer que Joe Biden derrotó al presidente Trump.
Y su negación de la victoria de Biden es lo que finalmente la llevó a su muerte el miércoles, atrapada en el asedio al Capitolio, dijo su familia a Associated Press. Ella fue una de los tres alborotadores que murieron por emergencias médicas. Una mujer recibió un disparo mortal y un policía murió.
“Le costó la vida”, dijo su hermana, Lonna Cave.
Boyland, de 34 años, de Kennesaw, Georgia, le había jurado a su familia que no se vería atrapada en nada violento. Cave le suplicó que no hiciera el viaje a Washington.
“Ella me prometió: ‘Me quedaré al margen. Solo voy a mostrar mi apoyo ‘”, dijo Cave el viernes afuera de su casa en los suburbios de Atlanta.
Las hermanas lucharon por la política y QAnon, que afirma que el minorista electrónico Wayfair es parte de una camarilla secreta de traficantes sexuales de niños. Ella se entusiasmó con otras teorías de la conspiración.
“Simplemente se disparó”, dijo Cave, de 39 años.
Boyland era un partidario acérrimo de Trump, publicaba fotos y videos del presidente y publicaba acusaciones descabelladas, incluida una de que la pandemia era solo una forma de robar las elecciones de noviembre.
Su última publicación en Twitter fue el miércoles, antes de que Trump instara a sus partidarios a marchar hacia el Capitolio, donde los legisladores debatían el resultado del Colegio Electoral. Ella retuiteó una imagen de miles de personas alrededor del Monumento a Washington.