Inteligencia artificial resolvió un caso de decenas de animales muertos en un antiguo lago español

Inteligencia artificial resolvió un caso de decenas de animales muertos en un antiguo lago español

Varios grandes mamíferos extintos, como jirafas, caballos primitivos o dientes de sable, perecieron en el yacimiento de Batallones (Madrid) hace nueve millones de años

 

 

 





Hace 9 millones de años, cuando los antepasados europeos de las jirafas, los caballos y los ciervos, aparte de animales extintos como los dientes de sable, moraban por lo que mucho tiempo después sería la Comunidad de Madrid, en lo que ahora es conocido como el Cerro de Batallones, existía un lago. Y allí fueron muriendo decenas de especímenes, cuyos restos han sido recuperados en la última década por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN). Ahora, nuevos análisis y la inteligencia artificial han revelado qué les sucedió. Las conclusiones se acaban de publicar en la revista ‘ Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology’. Así lo reseñó ABC.

Los paleontólogos descubrieron el yacimiento fósil, denominado Batallones-10, en 2007. Desde entonces han desenterrado todos los huesos entre los 1 y 5,5 metros de profundidad en un área de aproximadamente una cancha de tenis. De momento, han encontrado 68 animales de 15 especies diferentes, entre ellas varios ejemplares bien conservados de un ancestro europeo temprano de las jirafas llamado Decennatherium rex, de cuyo hallazgo se informó después de encontrar el primer esqueleto en 2013.

También se hallaron otros animales como caballos hipparioninos -ahora extintos y dos de los cuales eran yeguas preñadas-, un mastodonte y ciervos parientes del ciervo almizclero moderno, que tenían colmillos en lugar de cuernos. También se desenterraron rinocerontes, tortugas gigantes, gatos dientes de sable, ranas, pájaros y pequeños mamíferos.

Las causas de la muerte

En un principio, los investigadores creyeron que los animales fueron muriendo por causas naturales en un antiguo lago que les servía de abrevadero. Cuando fallecían, su cuerpo se iba recubriendo de barro, que permitía la fosilización de los restos. Sin embargo, en 2020, el equipo de David Martín-Perea utilizó una herramienta basada en inteligencia artificial para buscar patrones lógicos entre los restos. Así es como llegaron a la conclusión de que existían tres capas distintas de formación de fósiles que eran demasiado sutiles para que los investigadores cayeran en la cuenta a simple vista.

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