Alex Saab no quiere que el mundo lo vea ni en braga ni esposado

Alex Saab no quiere que el mundo lo vea ni en braga ni esposado

Dibujo de la comparecencia de Álex Saab ante el juez del Distrito Sur de Florida – Reuters

 

El empresario colombiano Alex Saab, presunto testaferro del presidente venezolano Nicolás Maduro y acusado de lavado de cientos de millones de dólares provenientes de negocios corruptos con el gobierno de ese país, no quiere que lo vean con traje de preso por lo que le pidió a un juez federal que limite el acceso por video a las audiencias.

Por apnews.com

En una moción de 12 páginas, la defensa de Saab aseguró que el empresario colombiano “no está buscando eliminar el acceso público, que es un derecho constitucional, sino que le solicita a la corte que cumpla con un papel de portero para impedir que se continúen violando las normativas” que prohíben fotos o videos en las audiencias judiciales.

Lo que busca es que sólo un puñado de periodistas acreditados pueden acceder a las audiencias que se transmiten por Zoom, junto con abogados y familiares, y que el resto del público y los medios lo hagan por teléfono. Su próxima audiencia es el 1 de noviembre y allí podrá declararse culpable o inocente.

Saab tuvo su primera audiencia por Zoom la semana pasada ante el magistrado John O’Sullivan, quien le notificó que enfrenta ocho acusaciones de asociación ilícita para lavar dinero y lavado de activos. Más de 300 personas participaron en la audiencia, entre ellas los abogados, el juez, fiscales y también periodistas, activistas y opositores del gobierno venezolano.

El empresario, de 49 años, fue extraditado la semana pasada tras haber permanecido 16 meses bajo arresto en Cabo Verde, donde fue detenido en junio de 2020.

La fiscalía estadounidense alega que Saab ha amasado una fortuna de más de 350 millones de dólares a través de negocios corruptos en los que habría sobornado a funcionarios venezolanos y falsificado documentos para obtener multimillonarios contratos de construcción de viviendas económicas en Venezuela.

En una carta que leyó su esposa luego de su extradición, Saab dijo que no ha cometido ningún delito y que no va a colaborar con Washington.

El colombiano se conectó a la audiencia de la semana pasada desde una sala de la prisión federal donde permanece detenido en Estados Unidos. Estaba solo, sentado detrás de una mesa, vestido con traje anaranjado de presidiario. Llevaba el cabello oscuro y largo hasta el cuello y cubrebocas. Sus palabras no fueron escuchadas ya que sólo había audio en inglés para la traductora, que interpretaba en simultáneo lo que él decía.

Tras describirlo como un “diplomático venezolano” y “una figura polarizadora en el ámbito mundial”, la defensa explicó en la moción que el caso de Saab ha atraído la atención de medios de comunicación de todo el mundo.

Entre los participantes, “muchos, o tal vez la mayoría de ellos, eran miembros de la prensa que cubren el caso de Saab”, otros eran blogueros o personas “ansiosas por publicar fotografías o videos” de Saab, dijo el abogado Henry Bell.

En la audiencia el juez le recordó a los participantes que de acuerdo con las leyes está estrictamente prohibido grabar o tomar fotos o videos de partes o la totalidad de las audiencias. Sin embargo, alegó la defensa de Saab, “decenas de medios y otros ignoraron las instrucciones de la corte y tomaron fotos y videos de la primera aparición del señor Saab” ante los tribunales.

Para fundamentar su alegato, Bell presentó una lista que incluya al menos 35 publicaciones en Twitter, Instagram y otros medios de fotos y videos de Saab en esa primera audiencia.

“La corte no debería permitir esas conductas desafiantes y actuar para garantizar que no sucedan nuevamente”, dijo el abogado.

“Aunque la realidad asociada con la pandemia de COVID-19 ha forzado a las cortes a realizar algunos procedimientos a través de Zoom, no se puede ignorar o violar” las leyes, indicó la defensa de Saab.

Tras una larga explicación, la defensa le pidió al juez que limite el acceso a Zoom a “sólo las partes necesarias, la familia del acusado y organizaciones periodísticas acreditadas”. El público debería tener acceso, agregó, sólo a través del teléfono.

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