Las cartas desde la cárcel de la disidencia cubana revelan las torturas del castrismo: “Les arrancan las uñas a las niñas”

Las cartas desde la cárcel de la disidencia cubana revelan las torturas del castrismo: “Les arrancan las uñas a las niñas”

«Fui arrastrada por el suelo entre tres guardias que me llevaban por los pelos hasta que lograron darme muchos golpes aún tirada. Me llevaban a rastras y me gritaban cochina, piojosa, dónde está la ropa y el dinero que te mandan los americanos. Yo me encontraba casi desnuda». El juicio contra Mailene Noguera comenzó en Cuba el lunes sin que las autoridades castristas hayan respondido a las denuncias de torturas y malos tratos recibidos en prisión.

Por DANIEL LOZANO / elmundo.es

«Torturan a niñas [menores de 18 años] con una pistola en la cabeza… Les arrancan las uñas con pinzas y hasta los pixis [pearcings] de la lengua», describió la activista, quien en otro acto de rebeldía consiguió enviar su misiva desde la prisión, que se ha unido a otras cartas en manos de familiares y organizaciones de derechos humanos, como Prisoners Defenders. Todas ellas confirman los abusos que sufren las mujeres en las celdas de la revolución.

«Mujeres brutalmente maltratadas, esposadas como el peor delincuente, tratadas sinceramente como un desecho humano cara contra la pared. ‘No te atrevas a mover que te romperé los dientes, maldito perro gusano’», prosiguió Mailene, detenida tras el estallido social del 11 de julio y acusada de desórdenes públicos y desacato.

La joven no sólo ha denunciado los maltratos sufridos, también la saña empleada contra otros presos políticos. «Les daban muchos palos por no repetir lo que ellos querían. Yo sólo podía decir patria y vida [el himno de los libertarios cubanos]». Noguera también fue testigo del encarcelamiento de Yessica Coímbra y de su madre, María, quienes recibieron insultos racistas. «Torturan a madres e hijas en celdas contiguas para que se escuchen», desveló Mailene.

Yessica, de 26 años, se enfrenta a una condena de ocho años por el 11-J, desacato de carácter continuado. La joven también ha relatado cómo muchos manifestantes como ella que sólo pedían una mejora, resultaron heridos. «Nos golpearon sin piedad. A los hombres les decían que gritaran ‘¡Viva la revolución!’. Como no lo hacían, les daban golpes hasta sangrar, también a las mujeres, incluso a niños y niñas de 17 a 19 años. Dos hombres y una mujer me dieron golpes en los brazos y empujaban mi cabeza contra la mesa por no decir lo que ellos querían».

Las gemelas Lidianis y Lisdany Rodríguez, de 23 años, son un símbolo de las históricas protestas del 11-J. Ambas están encarceladas en la prisión de Guamajal, a la espera de una sentencia y con petición de 10 años. «Lo único que deseo es que dejen de acosar y asediar a mi madre y si eso no pasa pues me obligan a hacer protestas como huelgas de hambre y hasta coserme la boca, ya que me siento con un miedo horrible y acorralada», relató Lisdany desde su celda, tras cinco meses de arresto. La joven tiene una niña de tres años que era cuidada por su madre, pero ésta fue detenida en noviembre.

Según los datos de Cubalex y Justicia 11-J, entre las 1.373 personas detenidas por las protestas hay 205 mujeres. De ellas, 70 (22 madres) siguen en prisión, ya condenadas o en espera de juicio (26). Las peticiones fiscales van desde ocho meses a 27 años de reclusión. Una veintena de mujeres fueron multadas y sólo dos salieron absueltas.

«Como Mailene y María Cristina Garrido, que también ha enviado cartas desde la cárcel, son opositoras, activistas antes del 11-J, también Gloria López y Lisandra Góngora [madre de cinco hijos]. Contra ellas, que están en la Prisión de Mujeres de Occidente, se han ensañado en particular. Hemos confirmado la carta de Noguera, hechos verídicos», aseguró a EL MUNDO la activista Salome García Bacallao.

Garrido y Góngora forman parte de la Red Femenina, activas en campañas en contra de la violencia de género, un tema candente en Cuba porque no existe una ley que proteja a las mujeres ni mecanismos efectivos. «El sesgo de género en la violencia política y el ensañamiento son negados por el Estado porque es una de las supuestas conquistas de la revolución. El Estado se refiere a estas denuncias como campañas financiadas por el enemigo», denunció García Bacallao.

El juicio contra Marlene prosiguió ayer y mañana comienza el calvario judicial para María Cristina Garrido en medio de una avalancha de procesos cuyo objetivo es silenciar a los rebeldes. «El panorama que se desprende de los juicios es de Estado de terror», sentencia el movimiento #YoSíTeCreoenCuba.

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