Juan Pablo García: Vándalos que liquidaron la universidaded en Venezuela deben ser sancionados

Destruir el conocimiento es una forma de destruir también a la sociedad, esta nefasta acción está orientada a destruir el pensamiento crítico tan útil y necesario para contener los avances del totalitarismo.

Estamos plenamente convencidos de que así cómo muchos que han desfalcado la nación venezolana hoy han sido sancionados internacionamente, es justicia imponerles igual medida sancionatoria a quienes liquidaron la universidad en Venezuela.

Con mucha razón, los genocidas del régimen venezolano se encuentran internacionalmente sancionados, pero resulta imperioso incluir en esta terna de delincuentes a quienes destruyeron a la universidad venezolana, convirtiéndola en una piltrafa.





Nuestras casas de estudios han sido víctimas del vandalismo y la delincuencia, le han negado los recursos presupuestarios correspondientes, ha sido víctima del vandalismo y la delincuencia organizada, se le ha querido imponer unas elecciones de espaldas al artículo 109 constitucional, ha sido objeto de unas arbitrarias remodelaciones que “benefician a los grandes contratistas de manera irregular, recompensándolos por el financiamiento de las campañas oficialistas y no pocos favores personales.

Matar a la universidad equivale a matar y malherir a los seres humanos, como ha ocurrido en Venezuela, aprovechándose los grandes mafiosos del poder para enriquecerse aún más. Es por ello, que proponemos que a la tal protectora de la Universidad Central de Venezuela, como a los miembros restantes de una tal comisión presidencial de recuperación de las universidades, les sean aplicadas sendas sanciones internacionales al igual que a los ministros y viceministros de Educación Superior, quienes son los culpables de la liquidación de la institución universitaria en el país.

Las sanciones internacionales no deben aliviarse en Venezuela, todo lo contrario deben intensificarse y extenderse a otros funcionarios, a los amigos y cómplices que han contribuido a la destrucción del país y continúan haciéndolo, así como también a las empresas que han financiados las actividades del régimen criminal. Se tiene que ejercer más presion que sumados a las imputaciones de la justicia internacional por narcotráfico y terrorismo permitan la conformación una verdadera amenaza real que conlleven a la salida del poder lo más ante posible .

Razón tiene el presidente Iván Duque al expresar: “Hay países que han tenido con él (Maduro) una diplomacia meliflua, una diplomacia de almíbar, timorata, tímida, por no decir derrotista, y uno frente al crimen no se puede doblegar”.

En este sentido el llamado es sumar esfuerzos para obligar a los depredadores de la universidad Venezolana a qué respondan por sus acciones, y resulta evidente que en un país sin ley las sanciones internacionales son un mecanismo útil para ello.