“A eliminarlos estén donde estén”: las listas negras de opositores del régimen de Daniel Ortega

“A eliminarlos estén donde estén”: las listas negras de opositores del régimen de Daniel Ortega

Rodolfo Rojas Cordero, opositor nicaragüense, estaba en una lista negra del régimen. Recientemente apareció asesinado en una comunidad fronteriza de Honduras. (Foto cortesía)

 

 

 

El mayor en retiro Roberto Samcam afirmó que el régimen de Daniel Ortega tiene a algunos opositores como objetivos a eliminar “estén donde estén”. Samcam mismo dice ser parte de esa “lista negra” y aseguró vivir alerta para impedir que esa sentencia se cumpla.

Por Infobae

El 25 de junio pasado fue encontrado muerto en el municipio hondureño de Trojes el opositor nicaragüense Rodolfo Rojas Cordero, de 65 años, originario de Jinotepe, quien, según familiares, habría sido llevado con engaños desde Costa Rica, donde se había exiliado, a esa localidad con el propósito de ejecutarlo.

Rojas Cordero era un reconocido opositor que lideró las protestas del 2018 contra el régimen de Daniel Ortega en la oriental ciudad de Jinotepe y fue señalado por simpatizantes de la dictadura nicaragüense de participar en el asesinato del sandinista Bismarck Martínez, el 29 de junio de 2018, en una barricada levantada en la ciudad.

La oficialista Nueva Radio Ya atribuyó la muerte del opositor a “supuestos ladrones que intentaban asaltarlo” y lo vinculó a la muerte de Martínez. “De acuerdo a diferentes medios, Rojas Cordero, alias ´Piel Roja´, fue uno de los organizadores de los tranques de la muerte de Jinotepe, Carazo, durante el fallido golpe del 2018. Asimismo, fue señalado junto a los delincuentes Roberto Samcam Ruiz, Tomás Maldonado y Dulce Porras Aguilar, de formar parte de la estructura criminal que secuestró, torturó, asesinó y luego ocultó el cuerpo del compañero Bismarck Martínez”.

Para el mayor en retiro Samcam, el asesinato de Rojas Cordero “es una típica operación de inteligencia” similar a otras ejecuciones que le atribuye al Ejército de Nicaragua. “El modus operandi es idéntico al que utilizaron cuando asesinaron a (alias) Pablo Negro (Santos Guadalupe Joya Borge): acercamiento, generar confianza, regalías y promesas”.

Según familiares del opositor asesinado, a Rojas Cordero se le acercó seis meses antes una persona que se hacía llamar “Douglas”, se ganó su confianza y ofreció llevarlo a Estados Unidos donde se encuentra su hijo.

 

Cuatro miembros de la familia Montenegro Centeno, de Jinotega, han sido asesinados por sicarios desde 2018 a la fecha. (Foto cortesía)

 

“Hay una fuente que nos dijo que un diplomático pesado de Nicaragua y un gringo se ganaron la confianza de mi papá, lo engañaron y ahí le tendieron la trampa, lo engañaron con llevarlo a Estados Unidos. Al llegar a Honduras lo entregaron a los sicarios del régimen”, aseguró un familiar citado por la plataforma digital Cien por Ciento Noticias.

Roberto Samcam conocía a Rojas Cordero desde el barrio en que crecieron en Jinotepe. Fueron compañeros de exilio y andanzas políticas. Dice que, en un par de ocasiones, el opositor se cambió de residencia en Costa Rica porque se enteraban de planes para asesinarlo. “Nos extraña su muerte porque él fue miembro de la Seguridad del Estado en los años 80 y debió haber activado sus mecanismos de defensa inmediatamente cuando sintió que lo estaban trabajando. Se confió mucho”, dice el exmilitar.

Según Samcam, Rojas Cordero salió de Costa Rica por puntos ciegos el jueves 23 de junio para Nicaragua. “Hay un primer reporte el jueves con un familiar, que está saliendo a Nicaragua, pero no precisa el lugar por donde salió. El viernes 24 por la mañana es el segundo reporte que ya está en Nicaragua y después de eso silencio. Lo torturaron, lo ejecutan y lo van a tirar a Honduras”. El sábado 25 de junio el portal hondureño Trojes Tv reportó el hallazgo del cuerpo a la orilla de la carretera que conduce a la ciudad de Danlí.

A raíz de la muerte de Rojas Cordero, cuentas afines al régimen de Ortega hicieron circular un cartel con los rostros de ocho opositores de Jinotepe a quienes vinculan al a muerte del sandinista Bismarck Martínez. Dos de los rostros están tachados con una X: el de Rodolfo Rojas Cordero y el del mayor en retiro y exreo político de la dictadura de Daniel Ortega, Tomás Ramón Maldonado, quien murió de un paro cardíaco a los 66 años de edad, el 24 de junio de 2021.

 

La dictadura de Daniel Ortega declaró “héroe del amor” al sandinista asesinado Bismarck Martínez, y en su nombre ha desatado una cacería entre quienes supone tuvieron alguna relación con su muerte. (Foto 19 Digital)

 

Maldonado vivió sus últimos años amenazado, aseguró su esposa, Julia Malbina Bermúdez, al diario La Prensa, poco después de su muerte. “Los asedios siempre han estado, hace dos días todavía le avisaron que lo andaban en una lista, pero afortunadamente no ocurrió nada, no sabemos si era mentira o verdad, a él un contacto solo le avisó”, señaló.

El mayor en retiro Roberto Samcam también aparece en la lista. “La lista arranca con la gente de Carazo, gente que estuvo en el tranque de San José y otros que nos estuvimos pero que nos señalan como autores intelectuales, organizadores, todas las locuras que andan planteando estos. Hay cinco que son los que ellos plantean que ejecutaron a Bismarck Martínez”, dice.

Bismarck Martínez era un militante sandinista de 56 años que presuntamente fue detenido y asesinado el 29 de junio de 2018 por personas que participaban en la barricada San José, levantada a la entrada de la ciudad de Jinotepe, en medio de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega.

Después de un video que circuló en redes sociales donde se ve a Martínez sufriendo torturas, el régimen lo declaró “Héroe del amor” y lo constituyó en la imagen de las víctimas de lo que llaman “fallido golpe de Estado”. Desde entonces se desató una cacería entre quienes consideran que estuvieron directa o indirectamente relacionadas con su asesinato.

Rodolfo Rojas buscó refugio en Costa Rica, en julio de 2018. “Mi participación fue preparar a los muchachos para la defensa, la defensa circular de la ciudad, de cómo poner una barricada, de cómo trasladar los alambres para que no metieran las motos los paramilitares, y orientar a los muchachos en la línea de la disciplina, en el sentido de no caer en las provocaciones y no participar en los actos que los sandinistas hacen para involucrar a los azul y blanco, como el saqueo, y de guardar la imagen, que no permitieran que se involucraran en los tranques delincuentes connotados del FSLN en Jinotepe”, relató poco después al medio informativo Confidencial.

Roberto Samcam, igualmente se exilió en Costa Rica y toma todas las previsiones posibles para cuidar su seguridad. “Yo pasé 12 años en el Ejército, seis de ellos en guerra, y sé defenderme. Camino con mucho cuidado, tengo muchos aliados que me avisan. Hay gente que se acerca, te quiere mandar chat, veámonos, y ahí es cuando se disparan las alarmas”, dice.

Señala que en algunos momentos ha sentido amenazas inminentes. Personas que no identifica le han informado que hay planes de secuestrarlo y llevarlo a Nicaragua. “Uno va tejiendo redes que te avisan”, apunta.

Para la socióloga y experta en seguridad Elvira Cuadra, la vinculación que las fuentes del régimen nicaragüense establecen con Rodolfo Rojas y el caso de Bismarck Martínez “hace presuponer una motivación política detrás, pero hasta ahora no hay suficiente evidencia”.

“Las características del asesinato de Rodolfo Rojas se asemejan mucho a otros asesinatos que han ocurrido, por ejemplo, los de la familia Montenegro Centeno, en el caso de Honduras. Hacen suponer que hay una preparación, premeditación y una motivación política”, añade.

 

El opositor Edgard Montenegro fue emboscado y asesinado por sicarios junto a su hijo Yalmar en la comunidad hondureña de Trojes, el 27 de junio de 2019. (Foto cortesía)

 

Los Montenegro Centeno eran una familia campesina de 12 hermanos asentada en Kilambé, Jinotega, un macizo montañoso del norte de Nicaragua, que desde hace cuatro años está siendo perseguida, prácticamente cazada, por policías y sicarios. Cuatro de sus miembros han sido asesinados en diferentes circunstancias después de 2018 y tres más están en la cárcel y son considerados presos políticos por los organismos defensores de derechos humanos.

Oliver Montenegro fue acribillado a balazos el 23 de enero de 2019 cuando trabaja en su labranza, en Jinotega. Nunca se investigó esta muerte ni se llamó testigos a declarar. El hermano mayor, Edgard, buscó refugio con su hijo Yalmar en Honduras, pero el 27 de junio de 2019 fueron emboscados y asesinados mientras se movilizaban en moto por una carretera del municipio hondureño de Trojes, el mismo donde recién apareció el cuerpo de Rodolfo Rojas Contreras.

Dos meses más tarde, el 29 de agosto de 2019, Francisco Blandón Herrera, esposo de otra hermana Montenegro, Thelma, fue asesinado cuando regresaba a su casa en el Kilambé, por un tirador que huyó en una moto, según testigos.

“Lo que pasa en estos casos es que no ha habido investigaciones a fondo ni ha habido un verdadero proceso de justicia para realmente decir que hubo un trabajo de inteligencia y deslindar responsabilidades acerca de quiénes fueron realmente quienes los ejecutaron”, señala la socióloga Cuadra.

Exit mobile version