Isabel II, más reina que madre: dedicó su vida a la corona y mantuvo una compleja relación con sus hijos

Isabel II, más reina que madre: dedicó su vida a la corona y mantuvo una compleja relación con sus hijos

La reina Isabel tuvo con Felipe de Edimburgo cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo (Getty Images)

 

Isabel II fue siempre más reina que madre. Dedicó su vida a la corona y las obligaciones reales ensombrecieron su vida como madre y la relación con sus hijos. Carlos dio una pista de esto cuando en un documental por los 60 años del reinado de su progenitora afirmó sin titubear: “El jubileo de Diamante nos da la oportunidad de celebrar con orgullo todo lo que la Reina significa para nosotros, ya sea como nación o como uno de sus hijos”. Sus palabras dejaron bien claro que, al menos él, siempre se sintió más súbdito que hijo.

Por Infobae





Isabel tuvo cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo. Con cada uno de ellos, como casi todas las madres, estableció un vínculo distinto y único, pero como pocas madres su “trabajo” muchas veces complicó ese vínculo. Alcanza con un ejemplo: Isabel se casó enamorada de Felipe pero como reina aceptó/impulsó que su primogénito se casara por obligación con Lady Di, una muchacha dulce y sumisa que con el tiempo sería amada por su pueblo pero jamás por su marido.

Carlos, el malquerido

El 14 de noviembre de 1948 en una habitación del palacio de Buckingham, nacía Charles Philip Arthur George, hijo mayor del duque Felipe de Edimburgo y en ese entonces, la princesa Isabel. La heredera al trono británico se había casado enamoradísima el año anterior. El primogénito era una muestra de ese amor y el tercero en la línea de sucesión al trono. Dos horas y media después del parto, Isabel aceptó resignada que se lo sacaran de sus brazos para ir a presentar al bebé ante tíos y abuelos sino ante los miembros de la Corte.

Cuatro semanas más tarde, Carlos fue bautizado con agua del río Jordán. Con solo 22 años, Isabel se sintió feliz con su rol de madre y no dudó en amamantar al bebé durante dos meses, pero se contagió de sarampión y tuvo que desistir.

La reina Isabel II con el príncipe Carlos, su hijo mayor y heredero al trono

 

En 1949 Felipe e Isabel se instalaron en Malta. Al año siguiente, Carlos recibió a Ana, su hermana. Todo parecía maravilloso. Tres años después el panorama había cambiado. Con la muerte temprana del rey Jorge, Isabel asumió el trono. Sus hijos todavía recuerdan que su madre “nos venía a bañar con la corona puesta para practicar. Era muy divertido”. La coronación fue el 2 de junio de 1953 en la Abadía de Westminster.

Las obligaciones de reina se impusieron a las de madre; Isabel como jefa de la Mancomunidad de las Naciones comenzó largas giras. Dejó a sus hijos al cuidado de institutrices y partió. Al volver de su primera travesía y luego de seis meses no ver a su mamá, Carlos intentó escapar de su niñera para saludarla pero ella con un seco ademán le indicó que esperara su turno.

De los primeros ocho cumpleaños que Carlos festejó, sus padres solo estuvieron presentes en dos. Ante otras personas el hijo solo podía dirigirse a su madre con un “Su Majestad”. Alguna vez Diana aseguró que lo único que Carlos aprendió sobre el amor de parte de sus padres fue “a estrechar las manos”.

En tiempos donde la fortaleza física y la habilidad para los deportes eran sinónimo de hombría, Carlos carecía de ambas. El primogénito prefería un buen libro, la poesía y el teatro, algo que enfurecía/frustraba a su padre que lo trataba con dureza y sarcasmo ante el silencio de su madre. Isabel también aceptó que su hijo de 9 años fuera pupilo al colegio Cheam lo que lo convirtió en el primer heredero educado fuera del Palacio, pero también lo obligó a comunicarse con sus padres por carta y compartir con ellos solo el período de vacaciones.

Carlos tenía 4 años cuando su madre fue coronada reina en 1953 (Fox Photos/Getty Images)

 

En 1957, el hijo se enfermó o quizá somatizó su tristeza. Fue internado para una amigdalectomía y contrajo gripe asiática. Sus padres no lo visitaron porque estaban de gira real por Canadá. Eso sí, le enviaron una carta de despedida. Tres años después se enfermó de sarampión y también la transitó en soledad. Sus padres estaban de gira por la India.

Isabel también aceptó cuando Felipe decidió inscribir a Carlos en Gordonstoun, un estricto instituto que el heredero vivió como “una prisión”. La palabra bullying no existía y el maltrato escolar se consideraba parte de la vida. Sus compañeros pronto olvidaron que sería su rey, se burlaban de sus orejas y de su falta de habilidad deportiva. Carlos escribía cartas semanales a su familia pero nadie lo ayudó.