Un nuevo hallazgo refuta lo que creíamos saber sobre las potentes señales de radio del espacio exterior

Un nuevo hallazgo refuta lo que creíamos saber sobre las potentes señales de radio del espacio exterior

En la imagen, FAST, el gigantesco radiotelescopio chino, de 500 metros de diámetro OU DONGQU / XINHUA NEWS AGENCY

 

 

 





Un equipo internacional de investigadores acaba de revelar en la revista ‘Nature’ una serie de características nunca observadas hasta ahora en los FRBs, los misteriosos estallidos rápidos de radio que nos llegan del espacio profundo. El hallazgo, que contradice la explicación actual sobre el origen de estas extrañas señales de radio, desmonta lo que creíamos saber sobre ellas y ahonda aún más, si cabe, su misterio.

Por ABC

Las ráfagas de radio rápidas (FRB) son súbitas explosiones cósmicas, de apenas unos milisegundos de duración, pero que producen en ese breve tiempo una energía equivalente a la de miles de soles. Su naturaleza desconcertante continúa sorprendiendo a los científicos más de 15 años después de que se descubrieran por primera vez, en 2007, en las profundidades del espacio. Durante los últimos años, sin embargo, diversos estudios habían ido aportando más y más datos que auguraban una pronta comprensión del fenómeno.

Pero ahora, este nuevo trabajo encabezado por Heng Xu, Kejia Lee y Subo Dong, de la Universidad de Pekín, y Weiwei Zhu, de los Observatorios Astronómicos Nacionales de China, no ha hecho más que aumentar las dudas sobre la naturaleza física de los FRBs y el ‘motor’ que los impulsa. El misterio, pues, no sólo no se ha resuelto, sino que se ha vuelto aún más profundo.

Utilizando el gigantesco radiotelescopio chino FAST, que con su plato de 500 metros de diámetro es el segundo mayor del mundo (el primero es el RATAN-600 de la Academia de Ciencias de Rusia), los autores del trabajo detectaron, a finales de la primavera de 2021, hasta 1.863 ráfagas de radio durante las 82 horas de observación, repartidas en 54 días, todas ellas procedentes de una misma fuente, denominada FRB 20201124A. «Se trata de la mayor muestra que existe de datos de FRBs con información de polarización de una fuente única», dijo Lee.

Solución incorrecta

En el año 2020, la primera detección de una ráfaga rápida de radio en nuestra propia galaxia, y no a cientos o miles de millones de años luz de distancia, permitió comprobar que esa potente emisión de radio se originó en un magnetar, una densa estrella de neutrones de apenas unas decenas de km de diámetro pero con un campo magnético increíblemente poderoso. Desde entonces, se empezó a pensar que también los FRB cosmológicos, los que se producen a distancias enormes, podrían tener un origen similar. Pero el nuevo estudio ha dejado a los científicos, de nuevo, sin saber qué pensar.

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