Juan Blanco Peñalver, por Luis Barragán

Juan Blanco Peñalver, por Luis Barragán

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Las juventudes políticas en Venezuela más nunca fueron las del siglo veinte: organizadas, rebeldes, complejas, profundas, influyentes, independientes, decididas, innovadoras. La inspirada en el socialcristianismo que cantó con Régulo Moreno aquél himno de combate, ¡Juventud Victoriosa!, cuenta con una larga, genuina y en alguna medida viva tradición, convertida en escuela, en exigente escuela en la que la primera responsabilidad de todo dirigente fue la de contarse interna y externa para calificarse de tal.

Nos enteramos de la repentina muerte en el exterior de uno de los más notables dirigentes jotarrecistas, quien llegó a la subsecretaría general nacional de la otrora entidad ideológica y políticamente vigorosa: Juan Blanco Peñalver, un aragüeño a carta cabal que destacó no sólo por sus convicciones muy bien arraigadas, sino por sus características personales de tolerancia, comprensión y lealtad. Ya en los últimos años, dedicó sus mejores esfuerzos al mundo académico, siempre consecuente con las posturas forjadas por muchos años de luchas políticas.

Hacemos nuestras las palabras de Abdón Vivas Terán, con la venia del lector: “Hace minutos, por un mensaje que me envió Claudi desde Maracay, me he enterado del fallecimiento en USA de nuestro común hermano y amigo Juan Blanco Peñalver. No saben cuanta tristeza me ha embargado y desde ahora elevaré, junto a mi familia, las oraciones al Señor para que ya haya sido recibido en la Jerusalén Celestial. Fue un noble, inteligente y perseverante amigo, en las buena y en las malas, y durante toda nuestra vida compartimos sueños, ideales y programas de acción política e ideológica. Estuvo siempre al servicio de las causas de renovación y cambio, practicó la búsqueda del consenso y de la solidaridad, trabajo a fondo por mantener la JRC siempre en la primera línea del combate político. Nuestras experiencias comunes en la amada JRC nunca las echaré al olvido. A todos sus familiares, va mi cálida palabra de afecto y de fortaleza en esta hora tan ingrata; lo mismo para todos aquellos innumerables amigos comunes que hoy lo recuerdan cuando Juan emprende su tránsito hacia el Reino. Con emocionada y fuerte abrazo para este grande amigo desde la más lejana juventud.”





No fueron poca cosa las juventudes políticas y sus líderes, especialmente la socialcristiana. Más aún cuando comprometió desde el más temprano bachillerato, convertida en una aleación de propósito, principios y voluntades al servicio del país.

Descansa en paz, Juan Blanco. Salmo 23.