Debido a la gran cantidad de horas que el estado Táchira pasa sin energía eléctrica, con apagones que van desde 8 a 16 horas diarias, muchos ciudadanos han tenido que, de manera forzosa, reinventarse con respaldos de energía alternativos. Incluso, muchos intuyen que a la región llegue la oscuridad total y comienzan a tomar medidas drásticas.
Por Anggy Polanco / Corresponsal lapatilla.com
Por eso en conjuntos residenciales de San Cristóbal, los vecinos que residen en edificios han comenzado a dotar sus áreas comunes con paneles solares para que se enciendan bombillos en las horas nocturnas, sobre todo en áreas de ingresos a los conjuntos residenciales y sótanos.
Los apagones están ocasionando que en algunas urbanizaciones, los costos de los condominios se eleven mes a mes, debido a que deben mantener encendidas las plantas eléctricas por muchas horas, lo que supone un gasto adicional por la compra de litros de combustible.
En otros conjuntos residenciales, los gastos comunes se han disparado debido a que los condominios se proponen comprar baterías litio o gel para hacer funcionar los motores que bombean agua a los pisos altos, pues en medio de la oscuridad, tampoco tienen agua.
Desde hace dos años, María Correa, una residente del sector de la Cuesta del Trapiche, se vio obligada a instalar paneles solares en las ventanas de su casa a fin de poder alumbrar la sala y otras áreas de su hogar durante los largos apagones nocturnos.
“Nos costó alrededor de 100 dólares cuando los compramos. El panel grande me costó 120 dólares y el pequeño 100 dólares más, los adquirimos a raíz de todo esto que está pasando”, describió la tachirense.
Cuando la familia de Correa llega de sus trabajos en las noches, pueden alumbrarse y hacer las labores cotidianas dentro del hogar. Los paneles solares se activan solos cuando baja la luz del sol, a eso de las 7:00?pm.
“Yo me paro a las 5:00 am con la niña para hacerle su desayuno para el colegio, y a esa hora no hay luz, y encendemos el panel para podernos alumbrar”, contó.
Opciones costosas
En San Cristóbal, las ventas de baterías, inversores, cargadores portátiles y paneles solares se han incrementado en los últimos meses, asegura William Carvajal, propietario de una venta de insumos eléctricos. Se estima que las ventas han aumentado en un 60 % en comparación con el año pasado.
Algunas personas buscan inversores de energía de, al menos, 100 vatios con los que puedan tener unas 4 horas de electricidad y les permita encender un televisor. Pero estos equipos tienen un costo (entre 800 a 1.000 dólares) que no todos los tachirenses pueden pagar.
“Pese al precio, la gente invierte, porque la comodidad no tiene precio. La gente no puede quedarse sin ventilador o dejar de hacer las tareas escolares”, puntualizó Carvajal.
Otros de los productos que los tachirenses están teniendo que comprar en los últimos días son tanques de agua y motobombas ante la grave escasez de agua, así como ventiladores recargables ante las altas temperaturas, bombillos recargables, luminarias solares y hasta radios con recarga solar.
Usar energías alternativas
El economista Aldo Contreras señaló que los panales solares y baterías de litio solo pueden ser adquiridos por 10 % de la población tachirense, porque un respaldo de estos supera los 1.500 dólares y un sistema más completo puede costar hasta 5.000 dólares.
De allí que apuntó que el Estado debe ir pensando en las nuevas alternativas energéticas para ir a energía fotovoltaica, eólica y solar, a fin de que permitan como en el nuevo siglo, generar nuevas formas de energía, ser menos contaminantes y que ayuden al planeta, ya que estos sistemas reducen la contaminación en un 70 %. Contreras puso como ejemplo a Colombia, que ya tiene presencia del 32 % de estas energías, que se han hecho con planificación e inversión.
Salvador Rojas, un comerciante licorero de Coloncito, municipio Panamericano, expuso que solos los vecinos pudientes han buscado alternativas de energía, pero los comerciantes que no tienen recursos económicos ni acceso a créditos para adquirir paneles solares, continúan aferrados a las plantas eléctricas. Por tanto, las ganancias que perciben, las reinvierten en gasolina.
“Quienes tienen un poco de poder adquisitivo han incursionado en esto, pero son contados en la zona. Han puesto paneles solares o baterías que por lo menos les soporte un refrigerador, bombillos o ventiladores, pero de igual manera es muy difícil que un panel solar arranque un cuarto frío o congeladores”, detalló.