El cambio climático y la migración llevan terrible enfermedad parasitaria a EEUU

El cambio climático y la migración llevan terrible enfermedad parasitaria a EEUU

Referencial

 

Cuando Norman L. Beatty, profesor adjunto de la Universidad de Florida, empezó a estudiar el mal de chagas, solo sabía dos cosas al respecto: que ya había llegado la enfermedad a su Estado y que había muchos migrantes latinoamericanos en el terreno. Este último dato es relevante porque esta dolencia es endémica de Latinoamérica. En la región, de hecho, el chagas mata a más personas cada año que cualquier otra enfermedad parasitaria, incluida la malaria, según la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (DNDi). La investigación para arrinconar esta enfermedad olvidada del equipo de estudio de Beatty, también conocido como el doctor de las chinches, es el foco del corto documental Los doctores de las chinches besuconas de Florida, estrenado por primera vez este domingo, en el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas.

Por El País

Esta dolencia es una de tantas enfermedades tropicales desatendidas, causada por el parásito Trypanosoma cruzi, y afecta a más de seis millones de personas en el mundo independientemente de su edad o género. Las personas que tienen esta infección pueden estar asintomáticas durante años, e incluso morir repentinamente, siendo esta la primera manifestación de la dolencia. Esto es lo que lo hace tan escurridizo.

“Estábamos viendo casos que [los pacientes] habían contraído en sus países nativos [antes de migrar] y que no se les había detectado de niños”, explica la doctora Jessica Portillo, profesora adjunta de la Universidad de Florida. “Y tenemos otros que son nuevos, porque se ha visto que el insecto también se ha encontrado acá en la Florida”. Según los estudios del equipo, más de 300.000 personas viven con la dolencia en los Estados Unidos, pero muy pocas han sido examinadas y tratadas. Además de la migración, los expertos señalan el calentamiento global como una de las razones detrás de estas cifras.

En los siete minutos del corto documental, rodado por el galardonado fotoperiodista Neil Brandvold y editado por Moronga Films, ambos basados en Oaxaca, México, se muestra cómo las enfermedades olvidadas en todo el mundo pueden verse alimentadas por el cambio climático, la migración y el aumento de la interacción entre humanos y animales.

 

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