Cepal estima que el PIB de Venezuela tendrá un crecimiento de 4 % este año

Cepal estima que el PIB de Venezuela tendrá un crecimiento de 4 % este año

AME9920. CARACAS (VENEZUELA), 20/01/2022.- Un vendedor ambulante cuenta sus ganancias en dólares y bolívares, el 17 de enero de 2022, en Caracas (Venezuela). Venezuela salió del ciclo hiperinflacionario tras cuatro años, una noticia que el Gobierno y sus seguidores celebran junto con los nuevos negocios que proliferan en todo el país, pero que los ciudadanos no perciben en los precios del mercado ni en sus devaluados salarios. EFE/ Rayner Peña R.

 

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revisó levemente al alza la proyección de crecimiento para las economías de la región en 2024. Según nuevas estimaciones dadas a conocer hoy, el organismo de las Naciones Unidas prevé que la región crecerá en promedio un 2,1% este año, con América del Sur creciendo un 1,6%, América Central y México un 2,7% y El Caribe (excluyendo Guyana) un 2,8%.

De acuerdo con las nuevas estimaciones, el organismo de las Naciones Unidas proyecta que el PIB de Venezuela crecerá un 4 % este año.





 

 

Mientras que la expansión esperada para la región en 2024 se mantiene en la senda del bajo crecimiento económico observado en los últimos años, y el gran desafío es cómo avanzar hacia un crecimiento más alto, dinámico e inclusivo, indica la Comisión de la ONU.

La región está enfrentando un escenario internacional complejo, caracterizado por un crecimiento de la actividad económica y el comercio global por debajo de sus promedios históricos, junto con tasas de interés que permanecen altas en los países desarrollados, redundando en mayores costos de financiamiento para los países emergentes, incluida la región.

En el ámbito interno, la tendencia a la baja de la inflación ha dado espacio para los bancos centrales de varios países implementaran disminuciones en sus tasas de interés de política, a partir de lo cual se podría esperar un impacto favorable sobre la actividad económica.

Durante el 2024 los mercados globales estarán marcados por varios factores de riesgos, indica la CEPAL. Las crecientes tensiones geopolíticas están llevando al mundo hacia un fuerte reacomodo de las cadenas de valor. Además, existe el riesgo de que los aumentos en los precios de los productos básicos puedan retrasar las bajas de tasas de interés de política por parte de los principales bancos centrales, con efectos negativos para el crecimiento económico mundial. Junto a lo anterior, si las tasas de interés permanecieran elevadas por más tiempo, podrían aumentar aún más las vulnerabilidades por la carga de deuda en varias economías emergentes y en desarrollo, y también la vulnerabilidad del sector financiero en los países desarrollados.

Tal como la CEPAL ha indicado en anteriores oportunidades, el bajo crecimiento esperado en 2024 no es solo un problema coyuntural, sino que refleja la caída de la tasa de crecimiento tendencial del PIB regional. La región se encuentra en una crisis de desarrollo caracterizada por tres trampas que se refuerzan mutuamente: una trampa de bajo crecimiento, una trampa de alta desigualdad y baja movilidad social y una trampa de baja capacidad institucional y gobernanza ineficaz. Estas trampas condicionan y limitan la consecución de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y, por tanto, la consecución de un desarrollo social inclusivo.

Para dinamizar el crecimiento, la CEPAL viene insistiendo en que la región debe incrementar su productividad y aumentar la inversión en capital físico y humano. Para ello, la región no solo debe invertir más, sino que debe invertir mejor. Esto pasa por adoptar nuevas tecnologías, promover iniciativas de clusters y buenas prácticas de negocios, fomentar profundas mejoras en el proceso de acumulación de capital y aprovechar adecuadamente el capital social y ambiental de las economías.

La CEPAL además ha identificado un portafolio de al menos 15 sectores impulsores o dinamizadores para un crecimiento más sostenible e inclusivo. La región necesita invertir en diversas áreas que son críticas para incrementar la productividad, infraestructura, telecomunicaciones, digitalización, investigación y desarrollo, mejoras significativas en los programas de salud, y una adecuación a los sistemas educativos para responder a los cambios que la digitalización y automatización suponen para los mercados de trabajo.