Cómo las tensiones en Bolivia alimentaron un intento de golpe de Estado

Cómo las tensiones en Bolivia alimentaron un intento de golpe de Estado

Fotografía de un tanque militar frente a la sede del Gobierno de Bolivia, este miércoles en La Paz (Bolivia). Este miércoles un grupo de militares encabezados por el que hasta hoy era el Comandante General del Ejército de Bolivia, Juan José Zuñiga, tomó la plaza y con un tanque tiró la puerta de la sede del Gobierno del presidente Luis Arce quien calificó la acción como un “intento de golpe de Estado”. EFE/ Luis Gandarillas

 

 

El levantamiento militar en Bolivia fue resultado de la tensión económica y política en la que ha estado sumido el país sudamericano durante meses, incluida la división interna en el partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS)

Vehículos blindados militares impactaron contra las puertas del palacio de gobierno de Bolivia el miércoles mientras el presidente Luis Arce advertía que su país enfrentaba un intento de golpe de Estado.

Por VOA

De algún modo, el levantamiento militar fue resultado de la tensión en la que ha estado sumido el país sudamericano durante meses, con manifestaciones de vendedores ambulantes y transportistas en contra de la escasez de combustible y la crisis económica y una profunda división interna en el partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

Por otro lado, el intento militar de apoderarse de la sede de gobierno pareció carecer de un apoyo significativo y hasta los rivales de Arce rápidamente cerraron filas para defender la democracia y repudiar el levantamiento.

¿Qué desencadenó el levantamiento militar?

El levantamiento estuvo presuntamente encabezado por el comandante del ejército, general Juan José Zúñiga, quien dijo a los periodistas reunidos en la plaza frente al palacio de gobierno que “va a haber un nuevo gabinete de ministros… no puede seguir más así nuestro país, nuestro Estado”, pero añadió que reconocía a Arce como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas “por ahora”.

Zúñiga no dijo explícitamente si él era el líder del levantamiento, pero ya en el palacio dijo que el ejército estaba tratando de “restaurar la democracia y liberar a nuestros presos políticos”.

Arce le ordenó retirar a sus soldados alegando que no permitiría la insubordinación y posteriormente destituyó a Zúñiga de su cargo y nombró a una nueva cúpula militar.

¿Qué hay detrás de las recientes tensiones en Bolivia?

Los bolivianos padecen un lento crecimiento económico, creciente inflación y escasez de dólares —que utilizan para adquirir inmuebles y otros bienes y como moneda de ahorro—, un cambio radical con respecto a la década anterior en la que el país vivió lo que algunos llamaron “milagro económico”.

La economía del país creció más del 4 % casi todos los años durante la década de 2010 hasta caer al abismo con la pandemia de coronavirus. Pero los problemas comenzaron en 2014, cuando los precios de las materias primas se desplomaron y el gobierno recurrió a sus reservas de divisas para sostener el gasto. Luego recurrió a sus reservas en oro e incluso vendió bonos en dólares a nivel local.

Arce había sido ministro de Economía durante casi toda la década de fuerte crecimiento del gobierno del presidente izquierdista Evo Morales (2006-2019), pero al asumir la presidencia en 2020 se encontró con un panorama económico sombrío y la disminución de la producción de gas —el principal producto de exportación de Bolivia— selló el fin del modelo económico del MAS.

A diario se forman largas filas de automóviles en las estaciones de servicio donde escasea el combustible. El gobierno necesita 2.000 millones de dólares cada año para importar gasolina y diésel que vende a mitad de precio al mercado local, pero cada vez dispone de menos recursos porque los ingresos por exportaciones han disminuido. Este año, el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento de sólo 1,6 %, lo que sería el menor en 25 años si no se tiene en cuenta la época de la pandemia.

Con este telón de fondo Arce y Morales se han enfrascado en una lucha por el control del MAS y la candidatura presidencial para 2025 que ha paralizado los esfuerzos del gobierno para abordar la crisis económica. Por ejemplo, los aliados de Morales en el Congreso han frustrado sistemáticamente los intentos de Arce de obtener créditos para aliviar parte de la presión.

 

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